M.M.: Vivo una insatisfacción sexual a tal punto que recibo tratamiento por crisis de ansiedad, aunque no le he contado a la siquiatra la causa. Llevo 18 años de casada, tengo dos hijos fruto de este matrimonio, que nunca me ha dado goce. Él tiene otro modo de ver la vida sexual. Solo le importa la penetración. A mí me gusta más el romance y los momentos de paz. Es el único hombre que he tenido en mi vida. Era virgen cuando me casé con él, que ya era divorciado y con hijos. Por momentos pienso en el divorcio. No sé qué hacer, no quiero que mis hijos pierdan su familia.
Antes de tomar cualquier decisión sería pertinente intentar ver qué sucede con usted. ¿Por qué justo ahora padece esas crisis y piensa en el divorcio cuando lleva 18 años en esa situación? ¿Qué ha representado su matrimonio a lo largo de todos estos años? ¿Qué representa hoy?
Tal vez sea el momento de abordar estos temas con su siquiatra o la sicóloga de su área de salud.
Tantos años de matrimonio hacen suponer que alguna otra satisfacción ha logrado experimentar, alguna otra función ha cumplido este hombre en su vida que la llevó a permanecer a su lado.
La relación con otras personas nos afecta sobre todo por la posición que nosotros asumimos, por lo que permitimos, por la forma en que interpretamos los hechos, por nuestra manera de perpetuar (aún sin darnos cuenta) la misma situación.
Antes de decidir resulta pertinente analizar desde otras perspectivas nuestro malestar. Es muy oportuno conversar con el profesional que la atiende. Usted sabe que precisa cambios, más allá de los medicamentos que hoy alivian.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica.