La mejor relación amorosa que se puede tener es con la autoestima
A.S. Acabo de salir de mi primera relación de dos años. Gran parte de la culpa es mía, porque engordé muchísimo y descuidé mi aspecto personal. A pesar de eso, nos iba muy bien, éramos realmente cariñosos el uno con el otro. Él siempre ha tenido un carácter difícil, pero yo lo adoraba. Siempre dijimos que terminaríamos la relación cuando nos fuéramos a hacer daño. Ahora me confesó que le gustaba alguien más, y por eso quería terminar la relación. Lo voy a extrañar como a nadie y no encuentro en qué ocupar mi mente. Ya no tengo amigas para volver a salir y comenzar de cero. Me estoy quedando con mi mamá y su marido. Pero extraño a esa persona que durmió a mi lado durante todo este tiempo. Me duele en el alma saber que a pesar de todo, la culpable soy yo. Y lo sigo esperando porque simplemente es inevitable. Tengo 17 años.
Se impone buscar modos de arreglárselas con lo que no se tiene y colmar lo que falta: recomenzar. Por fortuna, se suele lograr luego de un tiempo.
Dada tu insistencia en esa idea de culpabilidad, aunque fue él quien decidió, sería oportuno discernir cómo pudiste provocar esta salida de la relación. ¿Cómo relacionas tu imagen con el interés de él por alguien más? ¿A qué atribuyes ese «descuido» de tu aspecto personal a los 17 años? ¿Qué más descuidaste para salir de esta relación?
Tal vez, él se hubiese interesado por otra igual, pero tú sientes que lo empujaste y aceleraste tu salida de esta primera relación. Por eso, te exhortamos a reflexionar en ello para valorar si de alguna manera estuviste propiciando y deseando este desenlace, que hoy sufres. Los asuntos difíciles de las relaciones (ej. carácter de él) pueden dañar más de lo que podemos reconocer.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología clínica