Para mí es apasionante la relación de pareja, y más aún el proceso de conquista por la diversidad de caracteres
A.C.: Para mí es apasionante la relación de pareja, y más aún el proceso de conquista por la diversidad de caracteres. Me encantan las mujeres y me sorprenden a menudo, pues en ocasiones son muy amables, te buscan y no logras nada. En cambio, otras te evitan, son menos conversadoras, casi sin aceptar tus cumplidos, y después conoces que estuvieron interesadas. Cuando menos te lo esperas conquistas, y cuando más seguro te sientes, no logras nada. Quisiera saber si hay alguna razón para comportamientos tan paradójicos en el sexo femenino. Tengo 46 años.
Si te apasiona la diversidad, podrás ser el conquistador conquistado por lo femenino. Mejor estar advertido de que cada una es única que suponer la existencia de reglas de conquista universales. Es preciso disponerse al encuentro de una mujer como si fuese la primera que conocieras en el universo. Solo así se podrán encontrar los códigos con los que existe cada una.
Los seres sexuados del lado femenino y del masculino no funcionan igual. Esto no significa que uno sea superior a otro ni justifica la fijación a estereotipos de dominación. De hecho, cada uno de nosotros vive con algo masculino y femenino entrelazado.
El enigma de cada mujer no es una simple artimaña para atraer hombres. Tampoco es cierto que digan «no» cuando sienten que sí, con la trivial intención de manipular a los demás. El enigma, lo desconocido, puede sorprenderlas a ellas también. Asimismo, es cierto que para ellas el lazo de pareja no está comandado por un acecho al otro cuerpo por disfrutar, sino que estamos sujetas al universo simbólico, al valor inestimable de la palabra que conmueva.
Por todo ello, resulta mejor si asume el carácter enigmático de la relación con todo lo diverso e incalculable que ese vínculo con una mujer puede despertar.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica