De ser llamadas las asesinas de ordenadores pasaron al mercado efímero, pero ahora estos equipos buscan reconquistar el terreno perdido con una nueva proyección
Cuando Steve Jobs presentó el primer iPad en 2010, los gurús de la tecnología a nivel global auguraron que las computadoras de escritorio, y hasta las móviles, desaparecerían. Sería este producto el encargado de reconfigurar nuestra forma de entender la computación y la manera de interactuar con esta.
Si bien cada iPad ha tenido un buen mercado a su disposición, y en general durante el primer lustro las tabletas desataron una fiebre por su uso, con el tiempo se desinflaron sus ventas para convertirse de «matadores de ordenadores» a ser llamados como un «mercado efímero».
Los que sí irrumpieron con fuerza en la vida de miles de millones de personas durante este tiempo fueron los móviles, a tal punto que hoy existe en funcionamiento más de uno por cada habitante del planeta.
Fue en este período cuando en la permanente batalla de sistemas operativos, iOS demostró estar mejor preparado que Android para asumir el mundo del tablet, especialmente cuando comenzaron a aparecer modelos de dudosa procedencia en los que el sistema operativo de Google más que correr parecía ahogarse.
Aunque fue una época mala para Android, con el tiempo y el refinamiento del sistema operativo de Google aparecieron mejores opciones para las tabletas, pero el interés que estas habían despertado en el mundo ya casi se había esfumado.
Apple, consolidado con su iPad, quedó como el rey de las tabletas, y la «competencia» se redujo a Lenovo, Samsung y Microsoft con su llamativo Surface. Así han transcurrido los últimos años, pero los más recientes acontecimientos indican que este producto informático, lejos de estar muerto, se encuentra en medio de un proceso de renovación que espera llevarlo a ampliar su cuota de usuarios a nivel global.
Con las tabletas ha ocurrido algo similar al segmento de los ordenadores: sus ventas mantienen una desaceleración constante, lo cual no significa que decrezcan, sino que marchan a un ritmo cada vez más lento y se inclinan por un nuevo tipo de producto.
Desde finales de 2015 la tendencia ha sido a que cada vez se venden más las tabletas híbridas, esas que simulan ser un ordenador en pequeño formato y admiten (o lo traen integrado), periféricos como el teclado.
La primera clarinada en ese sentido la dio Microsoft son su Surface Pro, un producto que incorpora el sistema operativo Windows de serie y que ha ganado preferencia entre los usuarios, especialmente en ambientes laborales.
Aun así el mercado es dominado por Apple: una de cada cuatro tabletas que se venden en el mundo es un iPad. Y al mismo tiempo indican que la desaceleración en las ventas de estos equipos se debe a que tienen una larga duración. A diferencia de los móviles, que son constantemente renovados, una tableta funciona con normalidad durante años.
El catálogo de modelos de tabletas con altas prestaciones ahora es más llamativo de lo que parece. Si bien fabricantes como Asus, Hewlett Packard y Sony prácticamente se retiraron del mercado, Samsung, Apple y Microsoft continúan su apuesta por renovarlo y fortalecerlo. Incluso Huawei ha comenzado a incursionar en el mismo.
Un buen ejemplo de lo que se puede lograr con una tableta es el iPad 2018, orientado al sector educativo con soporte nativo para el Apple Pencil, un lápiz electrónico que permite escribir y dibujar sobre la pantalla tal y como lo harías sobre una hoja de papel.
El iPad es todavía una tableta pura, pero en los últimos tiempos ha comenzado a desatarse una fiebre por un equipo más híbrido, con prestaciones dedicadas a dar la sensación de estar ante el ordenador de siempre. Tres de estos equipos se destacan por sus prestaciones, dos de ellos ya disponibles y otro presto a salir al mercado.
Microsoft tiene dos tabletas en el mercado que poco a poco van ganando terreno entre los usuarios. Se trata de la Surface Pro y ahora la Surface Go, cuya presentación tuvo que ser adelantada hace unas semanas luego de que sus detalles técnicos se filtraran en internet.
Este tipo de tableta es un «convertible», debido a que incorpora el sistema operativo Windows, y viene de serie con un teclado, lo que hace que la línea que la separa de un ordenador portátil sea bien difusa.
Siendo Windows el sistema operativo más extendido a nivel global, especialmente en portátiles, no es de extrañar que los usuarios de entornos profesionales apuesten y den un chance a la línea Surface, en tanto tiene prestaciones similares a un ordenador tradicional.
Si Apple entendió primero que nadie el potencial de las tabletas para el consumo de contenidos por internet, algo en lo que constituyen una opción magnífica, pues brindan comodidad y un desempeño notable, Microsoft está llenando el vacío de la producción de estos contenidos con su línea Surface.
La Surface Go es un dispositivo ligero y compatible con periféricos, Surface Pen incluido —sí, seguramente notó que todas las compañías ahora usan como apellido de sus productos y periféricos Pro o Pen—, aunque por su procesador, un Intel Pentium Gold 4415Y, parecería que está más enfocado en usuarios que hacen un uso intensivo de la nube. A ese microprocesador lo acompañan cuatro gigabytes de RAM y 64 de almacenamiento interno.
No es de extrañar que en esta metamorfosis que Microsoft ha impulsado en las tabletas, Samsung también tenga algo que decir.
La compañía sudcoreana reveló hace unos días su Galaxy Tab S4, un dispositivo que se presentaría oficialmente el próximo 9 de agosto.
Como cambio importante aparece que el S-Pen, el lápiz electrónico de Samsung, ha sido completamente rediseñado, lo cual le daría un mejor agarre y permitiría lograr más precisión cuando se use, algo esencial para poder competir con Microsoft y Apple.
Asimismo, un fuerte rumor originado en una separación que se observa en la mitad del lápiz, indica que Samsung le incluirá Bluetooth y un altavoz, aunque las funcionalidades en este sentido todavía no quedan muy claras.
También en el plano del rumor —que en este mundillo tecnológico casi siempre acierta—, se espera que el Tab S4 tenga una pantalla de 10,5 pulgadas, una batería de 7 300 mAh y un procesador Qualcomm Snapdragon 835.
Más allá de las ventas que estos equipos puedan lograr, las movidas de Apple, Samsung y Microsoft reafirman que las tabletas no han muerto; en todo caso se están adaptando a los usos que desde su lanzamiento les hemos dado.