Un compuesto orgánico llamado geosmina contribuye a darle su olor característico a la lluvia. Científicos australianos documentaron por primera vez en 1964 este hecho, y en 2010 sus pares del Instituto Tecnológico de Massachusetts estudiaron más a fondo el tema. Cuando las gotas de lluvia caen al suelo, especialmente en superficies como tierra o cemento, salpican y expulsan partículas diminutas llamadas aerosoles, que son transportadas por el viento.
Durante el embarazo, es recomendable que la mujer haga una serie de ejercicios para preparar su cuerpo para el parto. Una de las recomendaciones es caminar, para mantener los músculos de las piernas en forma, realizar los ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico y realizar masajes en el periné.