La justicia, la política y la «democracia» israelíes están corroídas hasta los tuétanos. Así lo demuestra la ex culpación del canciller sionista, Avigdor Lieberman, de sus crímenes, solo los imputados, no todos los conocidos: fraude y abuso de los cargos de confianza.
Hace algún tiempo, leí Yotuel, colección de cuentos del joven escritor pinero Javier Negrín. El texto ofrece diversas posibilidades de lectura. Se inscribe temáticamente en una línea frecuentada por los escritores cubanos a partir de los 80 del pasado siglo, situada en el universo específico de la beca. A pesar de su brevedad, el autor logra trascender el descriptivismo de comportamientos grupales bien conocidos, caracterizados por la prepotencia del más fuerte ejercida contra los más vulnerables. Mucho más complejo, el abordaje transita por el despertar de la pubertad y el sentimiento de otredad de un joven animado por precoces inquietudes intelectuales, distanciado de la autocomplacencia y la sensiblería por un aguzado empleo del humor.
«Acabamos de lanzar un plan de acción centrado en alimentación, salud, saneamiento, alojamiento, retirada de cascotes y protección de los más vulnerables (...) Este plan asciende a 301 millones de dólares». Fueron declaraciones de la jefa de las operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, con el objetivo de paliar la catastrófica situación en que el tifón Haiyan ha sumido a Filipinas.
Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.
—Tengo unas ganas de que regresen los Cinco —dice Irma Sehwerert. Primero por ellos, también por nosotros.
He tomado entre mis manos nuevamente Corazón, de Edmundo de Amicis, un libro que perdura en el tiempo y creo tan mío que a veces hasta lo prefiero a los de grandes autores de otras latitudes.
El mes principiaba y habían regresado esos días en que, junto al pórtico de la entidad, se agolpaba la gente con el propósito de abonar la mensualidad por los servicios que esta brinda.
«No le hagas caso a lo que dice esa vieja», le dice el padre y le premia con dos palmadas en el hombro, con la plena convicción de que el hijo no es tan fiero como lo pinta la profesora. «Exageraciones de quien no tiene problemas de los que ocuparse», piensa y da por resuelto el problemilla, sin valorar la posibilidad de llamarla por teléfono o llegarse hasta la escuela. Y pasa el tiempo y pasa sin que el padre sepa si de verdad la profe es tan «vieja», si tiene razones para tantas quejas o su hijo es un verdadero «santito».
El 23 de octubre de 2013, los doctores Stillman y Taylor, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Louisville, Kentucky, Estados Unidos, publicaron en la revista médica The New England Journal of Medicine la tragedia vivida por un norteamericano pobre: fue el caso de Tommy Davis, nombre empleado para resguardar la identidad del paciente.
Mientras en la pantalla televisiva un reportaje reciente exaltaba a los obreros de una fábrica que sigue ofreciendo frutos con una tecnología de la década del 20 del pasado siglo, recordaba Polvo Rojo, ese clásico del cine nuestro, donde el Presillas, «enamorado» por el Che, arranca la niquelífera cubana de la Revolución contra todos los demonios.