Todavía me pregunto cómo aquel joven logró sobrevivir. Fue ahorcado con todo el salvajismo del mundo y, sin embargo, pudo hacer la historia.
¿Sabe usted cómo proceder para cuidar a una persona enferma de COVID-19 en su casa? No debe ser usted un médico o enfermero, sino que es su familiar y será la persona más cercana.
Cuba despierta un día más, como de costumbre, con la certeza de que seguiremos construyendo nuestros propios sueños. Hay paz en las calles y plazas públicas. Luego de los disturbios recientes hemos recuperado la tranquilidad ciudadana que tanto molesta a quienes pretenden dividirnos y destruirnos como nación.
Ni el 26 de Julio fue el asalto definitivo de la historia cubana ni los muros de las fortalezas militares Moncada y Carlos Manuel de Céspedes son los únicos a sobrepasar. Merece reiterarse que la lección mayor de dichos acontecimientos es que serían los primeros de muchos asaltos pendientes en la historia nacional.
Cuba lleva años intentando un país mejor, lleva años amando, lleva años sonriendo a pesar de todas sus dificultades, del dolor por agresiones injustas… Lleva años soberana y defendiendo su derecho a existir. Porque esta no ha sido una Revolución a la que le dijeron: adelante, venga al poder y reparta tierras, emancipe al campesino y a la mujer, sea libre cuanto quiera…. Esta Revolución, desde que inició en el 68, tuvo que luchar duramente para ser un país libre, para emancipar a los pobres y desatar alas de las mujeres.
Le arrancaron un ojo. Guardó silencio. Y le extirparon el otro. Mostraron el despojo sangrante a su hermana Haydée. Con el alma desgarrada, ella también guardó silencio. Lo hicieron porque, en la pupila de Abel, anidaba el porvenir.
Yo camino bastante. Si un día de estos me encontrara por ahí la lámpara que ustedes imaginan, la frotaría intensamente con un deseo muy claro en la cabeza: ser ungido con el don de la omnipresencia, ese poder que, hace rato, los espías informáticos arrebataron a Dios. Le pediría al mayordomo de los caprichos: «Oh, genio esclavo, dime qué cuentan de Cuba a sus gobiernos los informes de ciertas embajadas».
Cuba tiene alma de mujer. Sobre sus pechos acuna a cada uno de sus hijos, y a quienes llegan de buena fe para nutrirse de su savia.
En la lista de los «oportudorados», los más detestables y usureros son los vendepatrias, esos sumisos al aguilucho imperial en busca de dinero y soñando con el poder.
«Cuéntame tú, que viviste en un país postsocialista», me dijo a la ligera una amiga lejana que llamó a casa para preguntar cómo andan las cosas por la Sierra Chiquita. Respiré hondo para responderle con cordialidad y conté hasta 32, que es su edad, mientras seguía calladita su animada cháchara.