Si bien ya desde antes del comienzo de la crisis económica planetaria muchos medios impresos de la prensa occidental estaban emitiendo señales de problemas —debido a la reducción progresiva de sus ventas, lectores, e ingresos por publicidad en lo fundamental—, la irrupción de la debacle financiera repercute sobre ellos.
Era obvio, pues la ligazón del sistema mediático, el entramado de poder de las corporaciones que lo dirigen y la salud de la economía se manifiesta por diversas vías: menor solvencia ciudadana que se refleja de manera directa en el retroceso del nivel de ventas, el abandono de firmas promocionistas, el incremento de la carestía de los insumos...
El Christian Science Monitor, uno de los rotativos de primera línea en la historia del periodismo norteamericano y anunció que abandonará la publicación impresa para centrarse en la versión online.
A partir de abril, informa Democracy Now, el Monitor solo imprimirá la edición del fin de semana. El contenido del resto de los otros seis días será publicado en su sitio web. La decisión lo convierte en el primer gran periódico estadounidense en abandonar la versión impresa.
Otro de los estandartes del sector, Tribune Company, se ha visto obligado a recortar gastos de todo tipo, según comunicó. La empresa del multimillonario Sam Zell, dueña de Los Angeles Times y Chicago Tribune (otros dos diarios de la batería pesada) rompió con el servicio de agencias de The Associated Press.
Directivos de The New York Times, que todavía no cortaron con la agencia de 137 años de historia y un apoyo informativo que cuesta cerca de un millón de dólares anuales solo en los Estados Unidos, han expresado que la AP cobra más de lo que los diarios pueden permitirse.
Sin embargo, NYT eliminó a cien periodistas en mayo de este año y perdió un 4,5 por ciento de lectores en 2007. Es, empero, el único medio que mantiene 43 corresponsalías en el exterior, cuando otros como el Boston Globe las cerraron todas.
La editorial Gannett, que publica USA Today, reducirá su personal en un diez por ciento (600 personas) como resultado de la ralentización económica en Estados Unidos, una medida que ya adoptara el periódico Los Angeles Times, especialmente castigado por la situación.
USA Today, el diario más leído hasta la fecha en Norteamérica, redujo un 33 por ciento de las ganancias en el tercer trimestre del año. En tanto, el antes mencionado Los Angeles Times empequeñeció su staff a casi la mitad desde 2001 hasta hoy, sobre todo durante los últimos meses.
A finales de septiembre pasado salió por última vez a la calle un número de The New York Sun. Y ello, pese a que este medio neoconservador y prosionista contaba con el apoyo financiero del poderoso lobby judío.
En Wisconsin, uno de los estados de la Unión, su diario de mayor relieve se pasó íntegramente a la versión electrónica. Podría convertirse en el primer estado sin rotativos impresos.
La cadena de periódicos McClatchy recortó 1 400 empleos; o sea, el diez por ciento de su fuerza de trabajo. Las mayores reducciones se evidenciaron en el The Miami Herald y el Charlotte Observer. (De hecho, un cable reciente de EFE que cita a su vez la edición digital del New York Times, da cuenta de que el «grupo McClatchy puso a la venta una de sus propiedades más preciadas, el diario Miami Herald, acuciado por las deudas y la caída de publicidad»)
El cuadro no difiere en mucho al otro lado del Atlántico. Los recortes de personal en la prensa británica están a la orden del día. Adelanta el cotidiano español El Mundo que el grupo Daily Mail-General Trust eliminará en los próximos días 300 empleos en sus periódicos con sede en Londres.
Esta reducción de alrededor del seis por ciento, según la fuente citada, incluye al diario homónimo, de conjunto con sus parientes Mail on Sunday y London Evening Standard.
El matutino —también londinense— The Guardian explica que tal supresión de puestos de trabajo coincide con la salida de responsables de cargos editoriales de Daily Mail-General Trust Associated Newspapers.
También prescindió de varios de sus puestos el The Irish Times, con el cual se informan los irlandeses cada mañana.
Este es el panorama de la prensa anglosajona. Aunque el asunto no se comporta de forma pareja en todas las áreas geográficas del mundo, la tendencia es manifiesta: la crisis también se ceba en la prensa.