Manuela D'Ávila y Fernando Haddad. Autor: Ricardo Stuckert Publicado: 11/09/2018 | 09:44 pm
BRASILIA, septiembre 11.— Fernando Haddad es la nueva propuesta del Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia, una nominación proclamada por esa agrupación política este martes, cuando vencieron los mentirosos plazos del Tribunal Supremo de Justicia y del ente electoral para ventilar el caso de Lula, con lo cual se consumó la maniobra para impedirle el acceso a la candidatura.
La presentación de Haddad —hasta ahora compañero de fórmula de Lula—, como «representante de Lula a la Presidencia», tuvo lugar durante una masiva vigilia en Curitiba, cerca del local de la Policía Federal donde Lula lleva 158 días en injusta prisión, y luego de la decisión tomada por la dirección ejecutiva del PT en debates que duraron unas tres horas, comentó Telesur.
Antes, también, ambos compañeros sostuvieron un largo encuentro que impidió, incluso, la asistencia de Haddad al acto de campaña convocado por el PT la víspera en la noche en Sao Paulo, y donde todavía se insistía en la demanda de justicia para que Luiz Inacio Lula da Silva se pudiera inscribir como candidato.
La fecha del martes, fin del plazo dado por las autoridades electorales para la inscripción, llegó sin que el poder judicial analizara los últimos recursos interpuestos por la defensa, lo cual añade nuevos elementos a la manipulación de la que el líder petista ha sido objeto.
Incluso, dos pronunciamientos seguidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU exigieron que se le dejara disfrutar de sus derechos; pero fueron desoídos por una institucionalidad precaria que tergiversa y maneja políticamente todo lo concerniente a Lula, para seguirle cerrando el paso a la izquierda.
Luego del nombramiento de Haddad por el PT falta que el poder electoral lo inscriba y, además, que el amplio favoritismo con que cuenta Lula para ganar la presidencia pueda ser traspasado al nuevo aspirante, quien es conocido por su labor como ministro de Educación durante los Gobiernos de Lula y Dilma Rousseff, y como exalcalde de Sao Paulo.
En una carta la noche del lunes, Lula expresó la intención de traspasarle su caudal político para los comicios de octubre, con una frase: «Mi voz es la de Haddad y la de todos los compañeros, en nuestra audaz jornada para rescatar la dignidad nacional en todos los rincones del país».
Un sondeo realizado por Datanálisis y dado a conocer en el acto de Sao Paulo arrojó el lunes que Haddad contaría con el nueve por ciento de las intenciones de un voto que, sin Lula, aparece fragmentado entre otros cuatro aspirantes, lo que sitúa al postulado por el PT en empate técnico con la ecologista Marina Silva (Partido Red Sustentabilidad), quien cayó de 16 al 11 por ciento; Geraldo Alckmin (Partido de la Social Democracia), que oscila entre el nueve y el diez por ciento y Ciro Gomes (Partido Democrático Laborista), con 13 por ciento.
A la cabeza va el derechista Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal), a quien el estudio le adjudicó un 24 por ciento, dos puntos porcentuales más que los que registraba antes de un atentado en el que resultó herido con arma blanca.
No obstante esa puntuación, el rotativo Brasil de Fato anotó que las encuestas siguen mostrando una derrota de Bolsonaro en segunda vuelta, sea quien sea el aspirante que enfrente.
Con Haddad iría en la boleta por la coalición El pueblo feliz de nuevo, Manuela D’Ávila, del Partido Comunista de Brasil (PCdoB), una joven periodista y diputada de Rio Grande, por donde fue diputada federal de su Partido entre los años 2007 y 2015.