NACIONES UNIDAS, septiembre 20.— La sesión número 71 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) comenzó su Debate General de alto nivel, que se lleva a cabo cada año en la sede de la ONU en Nueva York, y que esta vez se enfocará en impulsar el desarrollo sostenible mundial.
Más de 140 líderes mundiales se reunieron en Nueva York para asistir al debate de una semana. «Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Un impulso universal para transformar nuestro mundo» que es el tema de este año, dijo Xinhua.
El presidente general de la Asamblea General, Peter Thomson, expresó que está comprometido a impulsar la implementación de los objetivos mundiales para acabar con la pobreza, la desigualdad y combatir el cambio climático.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, abrió la sesión de la Asamblea General instando a los Estados miembros a remover los obstáculos y facilitar la ayuda a los millones de refugiados en todo el mundo, sostuvo AVN.
También pidió el fin de la violencia en Siria e instó a los líderes mundiales a comprometerse con el acuerdo de París sobre el cambio climático antes de culminar el año.
De acuerdo con datos del organismo, 86 jefes de Estado, 49 jefes de Gobierno, un príncipe heredero, cinco vicepresidentes, 51 ministros y tres observadores participarán en la cita diplomática, reseñó Telesur.
Según la tradición, Brasil fue el primer país en tomar la palabra y la presencia de Michel Temer provocó que delegaciones de varios países latinoamericanos abandonaran este martes la sala en rechazo al golpe parlamentario contra la presidenta Dilma Rousseff.
Ecuador, Costa Rica, Bolivia, Venezuela, Cuba y Nicaragua salieron del debate general de la Asamblea General de ONU al tomar la palabra Michel Temer, anunció el canciller ecuatoriano, Guillaume Long, en su cuenta en la red social Twitter, informó Prensa Latina.
Según AFP, Temer se estrenó «en medio del desaire de las delegaciones de varios países latinoamericanos que abandonaron la sala». En su discurso dijo que el proceso que lo llevó al poder «transcurrió dentro del más absoluto orden constitucional».
«Varios países, de forma espontánea, tuvimos el gesto», explicó Long a la AFP. «Decidimos no escuchar las palabras del presidente», y agregó que su país rechaza los acontecimientos políticos de Brasil como «un golpe de estado solapado».
«El uso de argumentos administrativos contra el sufragio universal es algo que nos parece muy grave, y sienta un muy mal precedente para la región».