A no sembrar discordias cuando todo es alcanzable con la inteligencia, el sentido común, la palabra, los diálogos y los acuerdos, llamaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) antes de iniciar, este miércoles en La Habana, una nueva ronda de diálogos de paz con el Gobierno colombiano.
«Evitemos mayores tempestades», aseveró Iván Márquez luego de que las partes hayan alcanzado importantes éxitos parciales y cuando la fecha acordada para sellar la paz está a las puertas.
Se refería el jefe guerrillero al rechazo insurgente a las iniciativas «unilaterales» y «empecinadas» impulsadas por el Ejecutivo, como las «supuestas fórmulas para la terminación del conflicto», entre ellas el plebiscito planteado en el Congreso colombiano para refrendar el futuro acuerdo de paz. En ese sentido, pidió seriedad al Gobierno y al Parlamento en aras de poder avanzar en el proceso.
La Casa de Nariño impulsa en el Congreso un acto jurídico que, además de proponer un plebiscito como vía para refrendar un eventual acuerdo de paz que debe alcanzarse el próximo 23 de marzo, comprende la entrega al mandatario de poderes especiales para promulgar decretos.
Márquez destacó también que durante la ronda actual, las partes continuarán tratando de cerrar todos los aspectos del complejo punto sobre víctimas, que discuten desde hace más de un año.
Recordó además que, desde la instalación de la mesa de diálogo —hace ya tres años—, se han firmado tres acuerdos parciales y hay otros, en etapa muy avanzada de discusión, que aún están por concluirse.
Además se ha logrado un cese al fuego unilateral de parte de la guerrilla (que rige desde julio), que unido a los gestos de desescalamiento del conflicto, demuestran que sí se puede pensar en un país tranquilo y en un mejor futuro.
Como ocurre regularmente, la delegación gubernamental a los diálogos, presidida por Humberto de la Calle, no formuló declaraciones a su arribo al Palacio de Convenciones de La Habana.
Asimismo, abordarán asuntos de una Jurisdicción Especial para la Paz que ya se había acordado, agregó refiriéndose al pacto sobre justicia sellado en La Habana el 23 de septiembre, el mismo día en que el Gobierno y la guerrilla se comprometieron a firmar en un plazo máximo de seis meses un acuerdo de paz en Colombia.
En tanto, el también llamado Palacio de Nariño, sede gubernamental en Bogotá, anunció al país el apoyo unánime de las naciones miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU para que ese organismo supervise y verifique el cese bilateral del fuego definitivo entre las partes en conflicto.
Según se conoció, el presidente Juan Manuel Santos logró el apoyo de las potencias que integran el Consejo de Seguridad, en el marco de la XXIII Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebró en Manila, Filipinas.
Santos dialogó con los presidentes de algunos de los países miembros permanentes o no del Consejo y estos le anunciaron que el organismo internacional autorizará los recursos y el personal necesarios para la veeduría del procedimiento en territorio colombiano.
Si queremos un cese el fuego bilateral lo más pronto posible tenemos que ir ganando tiempo en esos trámites, comentó el gobernante.