La canciller colombiana, María Ángela Holguín. Autor: EFE Publicado: 21/09/2017 | 06:10 pm
En medio de uno de los momentos más tensos de los diálogos de paz que mantienen el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), las partes anunciaron el inicio exitoso y continuación del histórico plan de desminado acordado en marzo pasado.
En un comunicado conjunto, leído a la prensa por los representantes de los países garantes en el proceso, las partes indicaron que luego de escogida la localidad de Antioquia, específicamente en la vereda El Orejón, del municipio de Briceño, se inició la segunda fase del proyecto denominada Estudio No Técnico (ENT), con el fin de recopilar información para identificar las áreas realmente contaminadas.
Durante siete días, un grupo experto en explosivos del Ejército Nacional, miembros de las FARC-EP, técnicos de la organización Ayuda Popular Noruega y representantes de las naciones garantes del proceso identificaron cuatro áreas peligrosas que suman 12 000 metros cuadrados.
La limpieza de estas áreas contaminadas facilitará la movilidad de la comunidad en riesgo y permitirán restaurar sus derechos de movilidad, esparcimiento, acceso a vías terrestres y uso productivo de la tierra.
En la localidad de la vereda El Orejón, del municipio de Briceño, Antioquia, se inició el proyecto piloto de desminado. Es una zona, según reconoció el jefe negociador gubernamental, Humberto de la Calle, con más artefactos explosivos que habitantes. «Es la terrible realidad de la guerra», aseveró. Pero, agregó, las primeras noticias que salen de El Orejón nos llenan de optimismo».
Sembradas a lo largo del conflicto en medio siglo, las minas están presentes en más de la mitad de los municipios colombianos y han dejado desde 1990 más de 11 000 víctimas, entre muertos y heridos.
De la Calle destacó que por primera vez fuerzas del Ejército y las FARC-EP trabajaron unidas intercambiando opiniones y recogiendo información sobre la ubicación de los artefactos. Eso, apuntó, «es un mensaje potente, muy fuerte hacia la paz» y muestra de que el acuerdo, notificado el 7 de marzo último, se está cumpliendo.
Como «un gesto esperanzador para la paz en Colombia» calificó los hechos la guerrilla. El insurgente Pastor Alape mostró confianza en que esta primera medida conjunta permita, en un tiempo prudencial, aliviar las comunidades más afectadas por el conflicto.
Este punto de giro da un matiz de tranquilidad al proceso que, tras más de dos años y medio de negociaciones, atraviesa un momento crítico luego del recrudecimiento de las acciones bélicas del Gobierno contra las FARC-EP que han dejado más de 40 insurgentes muertos y obligaron a levantar un cese al fuego unilateral indefinido decidido por la guerrilla en diciembre pasado.
En medio de la tensión, la guerrilla insistió en la posibilidad de «pactar un armisticio, una tregua o un alto bilateral de hostilidades», dijo el jefe insurgente Iván Márquez, quien destacó los recientes llamados a la paz y a la permanencia de las partes en la mesa de negociaciones de la Unión Europea y de los países garantes.
Márquez aplaudió la reciente incorporación al proceso de paz de la canciller colombiana, María Ángela Holguín, y del empresario Gonzalo Restrepo, quienes —apuntó— «con su peso y jerarquía contribuirán a vencer muchas prevenciones».
Con buenos ojos también ve la guerrilla la designación como nuevo ministro de Defensa de Luis Carlos Villegas, un ex delegado del Gobierno en los diálogos en Cuba.
Representantes de más de 870 organizaciones colombianas pidieron este viernes a las partes trabajar en la irreversibilidad de lo acordado hasta ahora para detener, definitivamente, una guerra que ya cumple más de medio siglo.