Desde automóviles de los primeros años del siglo XX hasta de la década de los setenta, la Colección Baillon ilustra una buena parte de la historia del diseño de coches: los 60 modelos suponen un hallazgo único por la diversidad y la exquisitez de las piezas, algunas de ellas hitos del diseño. Autor: 20minutos Publicado: 21/09/2017 | 06:00 pm
Durante más de medio siglo, los automóviles que integran la recién descubierta Colección Baillon permanecieron olvidados en almacenes y graneros de una propiedad ubicada al oeste de Francia.
Los vehículos que integran esta colección fueron adquiridos por el empresario Roger Baillon, quien dirigía una compañía de transportes y tenía la intención de montar un museo privado con estos ejemplares.
La colección está integrada por 60 modelos que suponen un hallazgo único por la diversidad y la exquisitez de las piezas.
Recientemente, la casa de subastas Artcurial ha anunciado la venta de los cotizados modelos, varios de los cuales son anteriores a la I Guerra Mundial, informa el sitio Russia Today.
JR les comparte hoy imágenes de esta colección, que ilustra buena parte de la historia del diseño de automóviles.
Los modelos encontrados constituyen hitos del diseño automolístico entre los primeros años del siglo XX y la década del 70.
En el catálogo de la recién descubierta Colección Baillon hay tesoros como el Maserati A6G Gran Sports de 1956, del que solo existen tres ejemplares.
Un extravagante cabriolet que perteneció al Rey Farouk I de Egipto forma parte de la Colección Baillon.
El Ferrari 250 GT SWB California Spider de la colección perteneció a Alain Delon. Entre las fotos que existen del actor al volante, hay una de 1964 en la que posa con Jane Fonda durante el rodaje de la película «Los Felinos» (René Clément, 1964) y otra en la Costa Azul con Shirley MacLaine. Se calcula que en subasta puede alcanzar los 12 millones de euros.
Ferrari 250 GT SWB California Spider de 1961 y Maserati A6G Gran Sport de 1956, dos de los vehículos más cotizados de la colección.
El empresario Roger Baillon coleccionó estos autos con la intención de crear un museo que reuniera sus ejemplares más valiosos.
Los vehículos de la recién descubierta Colección Baillon ha permanecido guardados durante todo este tiempo en una propiedad al oeste de Francia.