LA PAZ, 10 de abril._ Las compañías estatales petroleras de Bolivia y Venezuela continúan su plan de inversiones y perforación de pozos correspondiente a 2013 por un monto de más de 103 millones de dólares, confirmó hoy una fuente oficial a Prensa Latina.
De acuerdo con Jaime Arancibia, presidente del directorio de Petroandina, sociedad formada por la estatal boliviana YPFB y la venezolana Pdvsa, para este 2013 está garantizada la inversión, de cuyo total este país invertirá 60 por ciento y el resto, la compañía extranjera.
Las declaraciones de Arencibia al diario local La Razón ocurren en un ambiente de rumores sobre una supuesta paralización de las acciones de Pdvsa en Bolivia tras la muerte del presidente Hugo Chávez en marzo pasado.
Las inversiones de la compañía venezolana en Bolivia desde 2009 a noviembre de 2012 llegaron a más de 180 millones de dólares y habría invertido más de 180 millones de obtener las licencias ambientales para otros bloques exploratorios proyectados, indicó Arancibia.
El lunes, la empresa boliviana anunció que el gobierno destinará más de ocho mil millones de dólares hasta 2016 para la inversión, exploración y explotación de hidrocarburos, siete veces más de lo planificado a finales de 2011.
La producción actual de petróleo de Bolivia es de 58 mil 753 barriles por día y sus reservas probadas de gas natural ascienden a los 11,2 trillones de pies cúbicos, indican cifras oficiales.
Para el viceministro del ramo Álvaro Arnez, la exportación de ese recurso representará poco más de 50 por ciento del total de las exportaciones durante 2013.
En 2012, la venta del producto a Argentina y Brasil, los principales mercados, ascendió a cinco mil 428 millones de dólares, un 39,7 por ciento más que en 2011.
Autoridades de Bolivia, Uruguay y la consultora Energy Consulting Services sostuvieron en febrero pasado una junta para coordinar y ultimar un estudio de factibilidad para exportar gas natural mediante la hidrovía Paraguay-Paraná.
Mientras, el 8 de marzo anterior la compañía petrolera estatal suscribió un contrato con firmas españolas para la construcción y puesta en marcha de otra planta en la región nororiental de Río Grande.
Arnez consideró que, en cuanto comiencen a operar las nuevas procesadora, Bolivia elevará los ingresos hasta 30 mil millones de dólares, cinco veces más que los seis mil millones que recibe ahora.