Las importantes transformaciones en el orden social ocurridas durante los últimos cinco años, en el contexto de la Batalla de Ideas, fueron referidas este martes por el titular cubano de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, en conferencia de prensa acerca de la evolución más reciente de la economía cubana.
Rodríguez explicó a periodistas nacionales y extranjeros que desde 1995 el crecimiento de la economía cubana se sitúa en un promedio anual del cinco por ciento, y que en 2005 alcanzó el 11,8 por ciento, principalmente a partir de la exportación de bienes y servicios, y avances en los sectores de la construcción y azucarero.
El ministro refirió el negativo impacto que causaron los atentados terroristas en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, que provocaron un desplome de los precios de nuestras exportaciones y anularon el crecimiento del turismo, que solo comenzó a remontar la pendiente en 2003.
Asimismo, citó como elemento negativo el aumento de los precios del petróleo, que de 26 dólares el barril hace tres años, hoy se ubica en los 68 dólares. Una realidad por la que Cuba ha dedicado una atención prioritaria al tema energético, con el objetivo de optimizar el uso de los combustibles. De hecho, el gasto de energía decreció 10,3 por ciento el pasado año, y 14,2 por ciento en los primeros meses de 2006.
No obstante la difícil coyuntura, los avances en salud, educación, seguridad social, deporte y otras esferas, han sido palpables, y ejemplificó que en 2005 el salario promedio ascendió a 328 pesos, mientras en lo que va de este año, ya alcanza los 379 pesos, y el índice de desempleo se mantiene en el 1,9 por ciento.
A preguntas de la prensa, Rodríguez desestimó categóricamente la posibilidad de inversión extranjera en la salud y la educación, y subrayó que sí se ha favorecido la participación exterior en actividades como la prospección y extracción petrolera, en las que se trabaja fundamentalmente con compañías francesas y canadienses.
De igual modo, citó la presencia española en el sector hotelero, así como la participación de capital extranjero en el tabaco y el cítrico, y en la producción alcoholera, en un momento en que este carburante gana espacio ante el agotamiento de los combustibles fósiles.
En referencia a las relaciones económicas con China, manifestó que el intercambio comercial se ha duplicado en cinco años, y que el alto nivel de los nexos bilaterales ha sido un factor favorable.
Citó en tal sentido la concreción de la primera empresa biotecnológica mixta en el país asiático, y la asistencia china a Cuba en la esfera del transporte.