En el mundo en lo absoluto resulta extraño que los festivales de cine se asomen más y más al universo de las series de televisión
En el mundo en lo absoluto resulta extraño que los festivales de cine se asomen más y más al universo de las series de televisión, ya sea porque cada vez ellas son más «cinematográficas» y arrastran una humanidad de seguidores que las consumen con desespero (y no existe mejor negocio que ese) o porque se han convertido en el refugio de connotados productores, directores, guionistas, actores, quienes hace rato dejaron de ver con desdén las obras que iban a parar al popular aparato doméstico.
La verdad es que no se trata de un fenómeno nuevo, pues en Estados Unidos un certamen como los Globos de Oro las dignifican desde 1962, sin embargo, lo que en ese entonces era una extrañeza, ahora ha ido tomando mucha fuerza. Una estrella del Séptimo arte como Robert Reford se lo explica afirmando que para él, «la televisión está avanzando más rápidamente que el cine». El caso es que junto al Festival de Sundance, aparecen en la nómina otros como el Berlinale, la Mostra de Venecia, Cannes y, ¡faltaba más!, el Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que no es que se esté estrenando en esas lides, pero en su edición 40 nos ha traído Cien años con Juan Rulfo para de paso sumarse a las celebraciones por el siglo del nacimiento (16 de mayo de 1917) del mítico autor de la antología de cuentos El llano en llamas (1953) y de la novela Pedro Páramo (1955).
Se trata de una serie documental dada a conocer justo en el año del centenario (2017) y rodada, a partir de un guion de Marina Stavenhagen, por el realizador Juan Carlos Rulfo, hijo de quien decidiera no escribir una obra más después de habernos entregado esos textos cumbres de la literatura universal. Y justo por ello no solo resulta un personaje imprescindible para la cultura iberoamericana, sino también fascinante como centro para narrar una historia, al desconocerse las causas que lo llevaron a alejarse de las editoriales.
En la Sala 4 del Multicine Infanta, dentro del espacio Series, el cine de la nueva era audiovisual, con una duración de alrededor de 52 minutos, se exhiben los siete capítulos que conforman esta creación producida por Eugenia Montiel Pagés y que no únicamente fotografió el también director de documentales como En el hoyo, Del olvido al no me acuerdo y Los que se quedan, sino que también lo acompañaron en ese empeño Eduardo Herrera y Héctor Ortega: Hacia El llano en llamas, Pedro Páramo, el oficio de escribir; Las imágenes de Rulfo, Un hombre de cine, El México de Juan Rulfo, La dignidad del silencio y Cien años con Juan Rulfo.
No es Cien años con Juan Rulfo, como se puede suponer, una biografía típica, sino que la mezcla de entrevistas que él mismo concediera junto a las voces de escritores, cineastas, familiares, amigos, nos va mostrando de manera muy orgánica las diferentes facetas que arman a un ser humano especial, de intensa actividad creativa.
«Queríamos que (Juan Rulfo) se autorrepresentara a través de sus cartas, entrevistas, y en materiales donde él se lee a su propio ritmo, a su propia forma, de viva voz. Es una manera de acercarlo a la gente», explicó el realizador.
Así, episodio tras episodio se nos va mostrando lo mismo el Juan Rulfo escritor (acercándonos a los detalles, contextos y vivencias que condicionaron que pudiera concebir su volumen de cuentos y su novela), que el enamorado del Séptimo arte; una pasión que quedó plasmada tanto en los guiones que firmó, como en su labor de asesor o, incluso, interviniendo como actor, a todo lo cual se adicionan las adaptaciones que se han hecho de su obra. De alguna forma, películas al estilo de Paloma herida, El gallo de oro, La fórmula secreta, Pedro Páramo, El rincón de las vírgenes, Los murmullos, ¿No oyes ladrar a los perros?, Que esperen los viejos, El imperio de la fortuna, Agonía... llevan su sello.
La llamativa serie nos pone en contacto asimismo con el fotógrafo. Acerca del proceso que siguieron para presentarnos este otro rostro de quien en los últimos años de su existencia se entregó a la antropología a través del Instituto Nacional Indigenista, su hijo explicó en una entrevista:
«Elegimos cinco de sus imágenes y buscamos el lugar preciso donde las tomó. Entonces se emprende un viaje para encontrar esas locaciones. Se descubre que era un viajero, un cronista de los lugares. No solo es la calidad de la foto, sino también lo que hay detrás del viaje y el conocimiento del espacio para llegar a tomar esa foto: ferrocarriles, ciudades, paisajes, indígenas, etcétera».
Después de tres años de investigaciones a cargo de Paulina Millán, Douglas Weatherford y Jorge Zepeda, finalmente se pudo materializar este proyecto que, según Juan Carlos, les permitió ir redescubriendo «nuevas maneras de ver la obra de mi papá.
«Esta serie explora por todos estos caminos que de alguna manera no tenían forma, pero finalmente son la biografía de Juan Rulfo».
Cien años... tiene como principal propósito que la relectura de la obra de una figura tan esencial para la cultura latinoamericana como Juan Rulfo no solo les permita a las nuevas generaciones rencontrarse o descubrir a un grande de la literatura, sino que también les ayude a entender mejor a México, a su propio país.
Atendiendo al peso cada vez más importante que han ido tomando las series de televisión respecto al cine, desde este 2018 existe el Canneseries, que como el certamen cinematográfico tiene lugar en la ciudad francesa que les da nombre. De las más de 130 candidaturas, solo diez entraron a la competición oficial en representación de nueve naciones, entre ellas se hallaban la española Félix, la estadounidense Killing Eve, la italiana El cazador y la sudcoreana Mother. Finalmente la primera Palmera la ganó la israelita When Heroes Fly.
En los últimos años, se ha incrementado notablemente la demanda de ficciones en Estados Unidos, país líder en producción televisiva. En 2016, por ejemplo, debutaron 157 series, lo que significó un incremento del 15 por ciento con respecto a 2015. Esos nuevos títulos se añadieron a los que ya venían de años anteriores para dar un total de 455. A veces sus presupuestos superan al de muchas películas. Netflix invierte miles de millones de dólares en creaciones originales como Marco Polo (costó nueve millones por capítulo) y The Crown (14 millones)