Durante julio y agosto las librerías serán también espacio para tertulias literarias, conversatorios, recitales y otras actividades culturales, donde los lectores podrán encontrar los libros del verano, 12 títulos señalados que acaparan diversidad de géneros y temáticas
Con los días veraniegos, las horas cobran la marca del sosiego, del descanso premeditado, a la vez que nos embarga el deseo pertinaz de no perder el tiempo sin pasar un buen rato, divertido, memorable... Es en esos instantes en que, los que optamos siempre por la lectura, y los que no tanto, nos encontramos con la dichosa pregunta de qué voy a leer. Atrás quedaron los días en que precisados por alguna asignatura pendiente, un seminario, o un curso de última hora; nos remitíamos «al seguro» al libro de referencia obligada, ese «sabiondo» del tema en cuestión que nos rondaba la cabeza.
Ahora que nos podemos dedicar a la más larga lectura, dejando al olvido las intermitencias de una parada, o los minutos previos a caer rendidos como piedras; el mero hecho de toparnos con el libro perfecto, supondrá que una vez más amoldemos nuestras rutinas de enfrascado lector a las múltiples opciones que enrumbemos para vacacionar.
Resulta que ese, el «don perfecto», podría estar a la vuelta de la esquina, esperando en cada librería solo por ser descubierto, loco por ser ese texto imprescindible, amigos de aventuras, ventanal al conocimiento, delicioso festín.
Allí, en las cercanas librerías, que durante julio y agosto serán también espacio para tertulias literarias, conversatorios, recitales y otras actividades culturales, los lectores podrán encontrar los libros del verano, 12 títulos señalados que acaparan diversidad de géneros y temáticas.
El quetzal resplandeciente y otros relatos, de la escritora canadiense Margaret Atwood, conjuga en un solo volumen casi 60 relatos, donde la premio Príncipe de Asturias 2008, transita con ingenio e imaginación, los más disímiles caminos de fantasía, suspense, o el romance...
Los amantes de ese género refrescante que es la novela, podrán seguir la fascinante historia de El coleccionista de mundos, de IIija Trojanow, que no es más que la biografía novelada de Sir Richard Francis Burton, escritor, políglota, explorador, traductor y espía-antropólogo del siglo XIX.
Si de personajes subyugantes se trata, Manuel Córdova, el último de los brujos poderosos de la Amazonía, no lo es menos. Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía, no solo nos develará su historia en la prosa fluida del peruano César Calvo, sino que en ella podremos navegar río adentro hasta las fábulas, mitos y maneras de ver el mundo que riegan el imaginario indígena de los pueblos americanos.
A los que reniegan de los manuales de historia, donde los hechos se vuelven una cadeneta en el tiempo, nada mejor para aprehender el pasado que una visión novelada, donde sus protagonistas recobran la carne, los huesos, el gesto, y nos vuelven a hablar con palabras humanas. A medianoche llegan los muertos, del español Eliseo Altunaga pertenece a esta clase de libros, y en él resucitan junto a Antonio Maceo —figura clave del libro— todos los muertos heroicos que protagonizaron las guerras independentistas cubanas contra el yugo colonial español.
Sobre la necesidad de recordar nuestras raíces históricas y culturales, nos habla como pocas La ceiba de la memoria, donde se reconstruye a partir de personajes de la ficción la historia de Cartagena del siglo XVII. Por esta obra polifónica donde se mezclan las voces de un santo, los esclavos, los notarios y otros personajes de la ciudad colonial, el colombiano Roberto Burgos, fue galardonado con el Premio de Narrativa José María Arguedas 2009, concedido por Casa de las Américas.
Toda la fuerza del testimonio tiene Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida, el relato de Marcos Ana, un español que conoció las cárceles franquistas con solo 18 años y permaneció encerrado en ellas durante casi un cuarto de siglo, sin conocer el amor de una mujer y casi nada de la vida. La inquietante historia del hombre que escapó de dos penas de muerte, dejó alucinando a su coterráneo Pedro Almodóvar, quien en 2008 adquirió los derechos de su biografía con el objeto de rodar una película sobre su vida.
Si somos presos de la lírica, entonces serán nuestras las páginas de Plácido que aparecen en Poesías escogidas, y la Poesía nuevamente reunida, de Roberto Fernández Retamar, obra en la que se recogen más de seis décadas de ejercicio poético.
Mientras que los que tomen en sus manos Calixto García escribe de la Guerra Grande. Tres documentos personales (José Abreu Cardet, Olga Portuondo Zúñiga y Volker Mollin) y El año 61, de Dora Alonso, tendrán ante sus ojos importantes momentos de la historia de Cuba, contada por la voz de sus testigos.
Completan la lista de los 12 títulos, Historia popular de la Ciencia. Mineros, comadronas y mecánicos, (Clifford D. Conner) y Vamos a disfrutar del arte, (Nerys Pupo). Con el primero correremos en busca de la brújula sideral, la longitud del mar, y los inicios de la bacteriología, pero contrario a como podríamos presumir de antemano no lo haremos acompañados de los grandes héroes de la ciencia sino de una pléyade de carpinteros, navegantes, o yerberos. El segundo, finalmente es un texto profusamente ilustrado, para transitar por el arte cubano, siguiéndole la pista tanto a obras como a creadores imprescindibles.
En fin, que el verano nos conmina a leer, y es casi seguro que ninguno de estos títulos quedarán con el marcador olvidado en las primeras de sus páginas.