Al separar la ropa por colores garantizas la durabilidad de la prenda y su calidad. Si es nueva, hay que lavarla a mano las primeras veces y no ignores la información de las etiquetas. Es recomendable lavar las de colores cálidos (rojos, amarillos y naranjas) por un lado y las de fríos (morados, azules y grises) por otro. El agua fría evitará que los colores se mezclen.