Según el escritor español Manuel de Lope, al colosal problema del calentamiento del globo puede aplicársele una forma de analogía llamada el caso de la rana hervida:
Los caminos suelen llegar a alguna parte. No están hechos para que el caminante se extravíe. Sin embargo cuando uno se pierde, no es a causa de que el viandante desconozca el camino, sino más bien porque no sabe adónde va. Y queda detenido en la encrucijada, como un signo de interrogación.
Un panel de tres jueces en Nueva Orleans escuchó este miércoles argumentos orales sobre el proceso que la Fiscalía tiene entablado contra Luis Posada Carriles por mentiroso.
La Habana duerme espléndida aún a las 5 y 30 a.m. Aprovecha el último sueño, a punto de que comiencen a sonar despertadores aquí y allá. La ciudad se muestra apacible, como esas mujeres que sueñan delicadezas y sonríen desde su almohada, después de tropeles y excesos de un duro día.
Dando tumbos anda la diosa Temis en tierras norteamericanas. Dentro o fuera del imperio, la justicia es conculcada por los encargados de alentarla o ejercerla. La soberbia, la ignominia y el desparpajo marcan sus derroteros.
Para R.G.M.
Dices que las palabras no bastan. Que lo único que importa son los hechos, porque cada uno de nosotros es, por encima de todo, hijo de sus obras, de lo que va haciendo durante el tiempo en que por aquí anda.
Es cierto. Los hechos son siempre verdad, algo tangible: «contra facta non valent argumenta», advierte un proverbio latino que nos repetía en la universidad un profesor de Literatura (los hechos valen más que los argumentos). Y ...
SI países del Primer Mundo ya sienten la crudeza del aumento del precio de la canasta básica, y organismos financieros internacionales han lanzado la alarma sobre el caos que se avecina, en otros rincones del planeta, precisamente los más hambrientos, la crisis ya es un hecho que ha generado una ola de violencia. Y cuando se trata de una nación sumida en la guerra durante años, la cosa puede ser mucho peor...
La alusión denotaba una sencillez a tono con la esencia campesina que seguía identificando al jefe de las FARC, a quien ahora, tras su muerte por infarto a los casi 80 años, sus compañeros ensalzan como «inigualable estratega» y «conductor genial» formado de manera autodidacta entre las montañas, en Tolima. Allí emergió como líder de un grupo campesino de resistencia frente a la voracidad de las tropas de la oligarquía y en medio de la puja liberal-conservadora, bajo el aura determinante de la eterna lucha de los desposeídos por la tierra. Fue ese el núcleo fundador, en los 60, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que, más de 40 años después, coprotagoniza un conflicto donde pesa la millonaria ayuda en dinero, armas y asesores de Estados Unidos.
Los «crímenes» científicos pueden terminar en harakiri analítico. Lanzar a sombrías gavetas las investigaciones es condenar a la oscuridad el entendimiento. Ignorar la ciencia es expresión suicida de inconciencia.
Lo iba a montar por primera vez. Era un ómnibus nuevo, tan nuevecito que parecía de juguete. Hasta el lumínico que informaba su ruta (el P-12) tenía un verde suave, de futuro feliz. «Menos mal», murmuró el pasajero. Subió contento, recordando sin nostalgia esos días en los que se hacía la cola en una parada sin saber cuándo se llegaría a casa.