Con pocas glorias trascenderá la denominada Conferencia de paz para Ucrania, celebrada el fin de semana en Suiza. La cita no mostró otra cosa que una extensión del desconocimiento que Occidente ha tributado hasta hoy a los planteamientos de Rusia. De entrada, Moscú no fue invitada. ¿Cómo intentar un camino hacia la paz entre dos partes, si una de ellas pretende ser ignorada?
Provocó risas en el grupo y algún que otro comentario que pretendía etiquetarla «como salida de otro planeta». Sin embargo, ella se mostró convencida de su idea.
Seguramente fue alguien sin palpitaciones ciertas quien sentenció: «Padre es cualquiera». Tal vez lo dijo porque nunca experimentó el placer de colgarse de su dedo o el de cabalgar sobre sus hombros; o porque no apreció el peso de la sincerísima frase «estoy cansado».
La infancia es un destello de tiempo impregnado de inocencia y amor, en el que por ningún motivo deben faltar el refugio, las sonrisas y un hogar feliz. Los infantes son diamantes en bruto que perpetúan los legados culturales y sociales de cada nación. Proteger la integridad de nuestros menores no es solo el más sacro deber, es una cuestión profundamente humana.
Volvió Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, a destacar la trascendencia del diálogo en las comunidades, en el sexto episodio de su podcast Desde la Presidencia, en el cual se trató la situación del Sistema Electroenergético Nacional y las perspectivas del servicio en el verano.
Mientras leemos este texto, uno de cada diez niños en el mundo trabaja, «voluntaria» o forzadamente, para lograr subsistir. A pesar de pronunciamientos, acciones gubernamentales y hasta de proclamar un día del año contra el trabajo infantil, unos 160 millones de infantes laboran, y la cifra, dolorosamente, crece a medida que se acrecientan los conflictos de todo tipo, las enfermedades y las crisis económicas.
EL caos político se extiende en Israel, el Gobierno de extrema derecha del primer ministro Benjamín Netanyahu da señales de derrumbe, pero su ejército prosigue sus masacres de palestinos en Gaza.
Llamada telefónica que se respete termina, al menos, con cuatro «dale», no importa si duró apenas unos segundos. Todo directivo que quiera presumir dotes de orador sabe que «aperturar» luce más rimbombante que «abrir», «visualizar» opaca a «ver» y no hace falta hablar de «cantidad» si existe un «nivel», y hasta «nivelito», cuando la reserva es poca.
De la misma forma en que se lanzan los paracaidistas en caída libre antes de abrir la tela que los sostienen, así se encuentra Estados Unidos (EE.UU.) cuando observa cómo algunas potencias económico-financieras han ido avanzando en el planeta y le está cercenando el unipolarismo que impuso tras la desaparición de la Unión Soviética.
Cada clic revela una capa de la realidad virtual que deja al descubierto la necesidad de comprender la tecnología y, con ella, las formas de comunicación que se erigen en sus entrañas. Descifrar intenciones por internet pareciera una tarea compleja.