Cuando a la vulnerabilidad se le agregan los apellidos que vislumbran confianza y esperanza se convierte de súbito en el bálsamo tantas veces soñado por los necesitados de que le tiren la tabla salvadora.
Acostumbrados a tirar acá el salve, más con hechos que con floridos mensajes verbales, tampoco sorprende esa realidad aun en esta hora borrascosa en que la cuenta no da por mucho que se exprima para hacer más. ¿El porqué lo sabemos de memoria? Dejémoslo, entonces, reposar en estas líneas, pero nunca olvidar, ¿de acuerdo?
Ese bálsamo anhelado se hizo realidad con la entrega a madres con múltiples descendencias de 156 casas compradas a propietarios, un hecho nada exclusivo de la geografía villaclareña, sino que aflora, en mayor o menor medida, en cada territorio del país.
Es fácil imaginar, aunque hay circunstancias que solo se pueden aquilatar al sufrirlas en carne propia, —¿alguien lo duda?—, el alegrón de los beneficiados con las llaves de la nueva casa que extingue la amargura de vivir hacinados bajo un techo agujereado, paredes enclenques y hasta con piso de tierra.
Ese buen momento cobró renovados bríos en el país con el acuerdo del Consejo de Ministros de 2021 que permite la compra de inmuebles a propietarios a través de las direcciones de la Vivienda para madres con tres o más hijos menores de 17 años.
Junto a esta vía que deviene más expedita mantienen la entrega de subsidios a las personas que puedan hacer su vivienda y el sector estatal posee un programa de construcción con ese fin.
Se sabe cuáles son las familias en este segmento de la población que viven en inmuebles inadecuados y sobre esa base existe un plan para darle solución en el plazo más breve posible. Incluso en la tierra villaclareña las madres pueden informar a la Vivienda dónde hay casas en ventas para agilizar los trámites.
Las noticias continúan alentadoras para este año en la provincia, que cuenta con un presupuesto de más de 30 millones de pesos destinados a las compras, mientras seguirán aportando a los subsidios y las construcciones a cargo de fuerzas estatales.
El camino hacia este bálsamo lo debe distinguir el buen seguimiento de lo reglamentado por los encargados de controlar para que marche en forma rectilínea sin que se interpongan curvas, como debe ser en todo, aunque sabemos de la falta proverbial, a veces, de pegamento, sí, para fijar los buenos procederes. ¡Ojalá que sí!