Ana Kamila cumple este sábado su primer añito de vida, y aunque todavía no sepa pronunciar la palabra «gracias», sus ojos resplandecen ante los colores y la algarabía desatada por Luna y Florentina, dos payasitas que se secan las lágrimas antes de entrar a la sala de Oncohematología, respiran hondo y empiezan a «disparar» ocurrencias, chistes, juegos…
Gretel dice asombrada: «¡Yo!», cuando una de las narirrojas la señala y le pide que repita: «Él puso el peso en el piso y de pa…». Ella sonríe y es entonces cuando su mamá —vuelta a la niñez— termina el trabalenguas.
La alegría es una aliada poderosa para fortalecer el sistema inmunológico y combatir el malestar provocado por el tratamiento y la dolencia, dice el pediatra oncólogo René Núñez Inza.
Aun sin ser especialistas, los pequeños artistas de la cantoría Canto y Cuento, junto a los miembros del grupo Animarte, de la sala de juegos La Bolera, perteneciente al Grupo Palmares S.A., saben que la felicidad puede llegar envuelta en una canción infantil, en un truco mágico o en un globo-espada que reta a duelo al dolor.
«Lo que ellos están pasando es difícil y queremos que se motiven a seguir adelante», dice Isabel Hechavarría, complacida por haber departido con los niños de 3ro. G y haberles contagiado con su alegría.
«Me encanta ofrecerles colores, palabras y, sobre todo, que se rían y aprendan. Por eso hago mi trabajo para ellos con mucho más cariño, porque les es difícil llegar hasta donde nos presentamos», asegura la payasita Luna.
Mucho se agradecen tales muestras de solidaridad y humanismo en este servicio territorial que atiende a pacientes de Granma, Las Tunas y Holguín, y donde la tasa de sobrevivencia ronda el 78 por ciento.
Lo dicen los aplausos y las carcajadas de pacientes y familiares; lo confirman los pasillos de baile y las vueltas del doctor René y la enfermera Norma, que quisieron formar parte del espectáculo y animar el tema musical que contaba la historia de la fiesta armada por los ratones porque «Don Gato salió de vacaciones». Había que ver cómo bailaba Ana Kamila, encima de su mamá o en brazos de la doctora Aracelys, sin importarle su mano vendada y dependiente de un suero.
Cada año en este servicio se diagnostican entre 25 y 30 nuevos casos de leucemia, linfomas y tumores del sistema nervioso central; pero también cada año llegan hasta esta sala infinitas muestras de amor de holguineros que saben cómo aliviar el dolor con una sonrisa.
Fotos: Liudmila Peña Herrera