Tal parece que, a no ser que ocurra un milagro, pronto los iraníes estarán recibiendo en su territorio el «mejor regalo» que, en los últimos años, Occidente ha estado haciendo a países musulmanes, o sea, racimos de bombas inteligentes, brutas y analfabetas.
En la última década, Iraq, Afganistán y Libia las han recibido por toneladas. Siria tiene tantas papeletas que aún no me puedo explicar cómo no se ha sacado ya la rifa. No hay día que no salgan en la prensa occidental noticias que denuncian las supuestas matanzas de niños y de civiles indefensos por parte de las tropas gubernamentales y los gritos desesperados de los «insurgentes» para que haya una intervención extranjera allí.
El libreto es calcado del caso de Libia. Lo primero que hacen es crear una campaña mediática contra el país, después crean un «consejo nacional» compuesto, en su mayoría, por mercenarios nacionales y extranjeros, les dan armas y entrenamiento, asesinan a civiles, y luego le echan la culpa al Gobierno por los asesinatos y piden una intervención de las potencias extranjeras.
No hay momento fijo para que las bombas empiecen a caer sobre Siria; lo extraño es que aún no hayan empezado. Ya el presidente Obama lo dijo más claro que el agua: «Al-Assad tiene que abandonar el poder». La campaña propagandística que está llevando a cabo la prensa occidental contra Damasco no puede desembarcar en ningún otro puerto que no sea la acción violenta desde el extranjero contra las ciudades sirias.
El caso de Irán es mucho más difícil y un tanto diferente, aunque el objetivo es el mismo. En Irán se está escribiendo un libreto que difiere de los anteriores. En aquel país no se está usando como excusa la matanza de civiles por parte de las tropas gubernamentales, sino la posibilidad de que el Gobierno persa descubra la forma de crear armas nucleares. Los argumentos son parecidos a los utilizados contra Iraq, aquellos que sirvieron de justificación para, primero, bombardear brutalmente las ciudades iraquíes y después desembarcar tropas y ocupar el territorio con la conocida consecuencia de aquellos hechos.
Meterle miedo al mundo con que Irán está a punto de desarrollar armas atómicas y que tiene el propósito de utilizarlas, es en lo que está basada la campaña propagandística contra Teherán. Desde hace algún tiempo se está castigando a los iraníes con sanciones económicas, pero eso no ha sido suficiente para cambiar al régimen imperante y es por eso que se sigue madurando la idea de cómo llevar a cabo estos planes, los cuales, a mi modo de ver, están bastante adelantados y se pueden realizar en cualquier momento, tanto Israel, independientemente, como los norteamericanos, o ambos en conjunto.
El 11 de marzo de este año pasaron por el programa 60 Minutes, de la televisión norteamericana, una entrevista que concedió el ex jefe del Mossad, la inteligencia israelí. Mier Dagan fue su director por más de diez años, hasta el 2011, cuando fue desplazado de su cargo. Se trata de un verdadero maestro del mundo del espionaje y una persona sin escrúpulos cuando de defender la seguridad de Israel se trata. Son muy curiosas algunas de las repuestas que dio este superespía israelí a la televisión norteamericana, y vale la pena que los lectores las conozcan.
Ante la pregunta de si no era estúpido por parte de Israel bombardear a Irán, Dagan contestó: «Un ataque a Irán, antes de explorar los otros caminos, no es la forma correcta de cómo se debe de hacer». Es decir, él no está diciendo que no se debe bombardear, sino que primero hay que recorrer otros caminos. «El régimen de Irán es muy racional», afirmó, y ante la interrogante de si creía que Ahmadinejad era racional, contestó: «La respuesta es sí». Cuando la periodista le preguntó si creía que los iraníes eran lo suficientemente racionales como para ser capaces de ceder ante esto, contestó «Sin duda. El régimen iraní no es exactamente racional en lo que yo llamo el pensamiento occidental, pero no hay duda de que ellos consideran todas las consecuencias de sus acciones».
Si Israel bombardea a Irán las represalias van a ser tremendas. El grupo libanés Hizbulá responderá por el norte y el palestino Hamas por el sur, más la lluvia de cohetes que vendrán de Irán, quien posee un estimado de más de 50 000 de ellos. De acuerdo con Dagan, «sería de un impacto devastador a nuestra habilidad para continuar con nuestra vida cotidiana. Yo creo que Israel estará atravesando una seria situación por un período prolongado de tiempo».
¿Cómo es posible que el hombre que conoce todos los secretos, tanto de Israel como de Irán, pueda expresarse así, y sin embargo, el Gobierno israelí persista en atacar a Irán?
Es increíble que habiendo aún tanto camino por recorrer, tanto Estados Unidos como Israel persistan en sus planes de bombardear a Irán. Es la locura total; es tentar la hecatombe ya que, como dijo el mismo Dagan, «Las guerras se sabe cómo empiezan, pero nadie conoce cómo van a terminar».
*Periodista cubano radicado en Miami