MOSCÚ, Federación de Rusia.— «Rusia es un país entrañable, un pueblo hermano cuyas relaciones datan de muchos años», diría el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en 2018 durante la visita oficial que realizó al gigante euroasiático, como parte de su primera gira internacional tras asumir en ese año el cargo de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Una relación a prueba del tiempo y cargada de muchos simbolismos es la que une a los pueblos de Cuba y Rusia desde hace 120 años, pero que consolidó sus mayores fortalezas a partir del triunfo de la Revolución Cubana. De generación en generación han pasado las experiencias que acercan y distinguen a ambos pueblos en el transcurso de los años y son parte incuestionable de nuestra historia.
A través de muchos caminos se ha ido construyendo una profunda y sólida amistad entre rusos y cubanos. Historias hermosas forman parte de esa confluencia, como la que nació años antes del triunfo de la Revolución del 59, cuando a bordo del barco Andrea Gritti se conocieron casualmente los jóvenes Nikolai Leonov y Raúl Castro Ruz. Este último, regresando de la Conferencia Internacional sobre los Derechos de la Juventud, celebrada en Viena en el verano de 1953.
Fue ese el comienzo de una relación sostenida sobre la lealtad y el cariño; y ese ha sido el tono de los lazos construidos entre ambas naciones, donde la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz jugó un papel determinante en defender la cercanía y el respeto entre el alma rusa y la cubana.
Excelentes son las relaciones políticas que distinguen los vínculos entre ambas naciones y que en los últimos años han estado respaldadas por un fluido intercambio de delegaciones de alto nivel, lo cual ha permitido su fortalecimiento y desarrollo constante. Los diálogos de intercambio han permitido consolidar la asociación de los dos países en diferentes áreas.
Justamente de «estratégicas y con un potencial de desarrollo extraordinario», calificó las relaciones bilaterales entre ambas naciones el embajador de Rusia en Cuba, el excelentísimo señor Anatoli Guzkov, durante las actividades de la primera jornada de la 38va. Feria Internacional de La Habana.
El devenir de los años ha demostrado que es esta una relación —con múltiples espacios comunes— en la cual ambas partes coinciden en la importancia de avanzar en proyectos económico-comerciales, principalmente en las esferas de la energía, la metalurgia, el transporte y la biotecnología.
Muestra de la voluntad por fortalecer y desarrollar esos nexos es la existencia de la Comisión Intergubernamental para la colaboración económico-comercial y científico-técnica, que encabezan el vice primer ministro cubano Ricardo Cabrisas Ruiz y el vicepresidente del Gobierno ruso, Yuri Borisov.
La historia de cooperación y amistad que existe entre ambas naciones fue perfectamente definida en el año 2018 por el presidente ruso Vladimir Putin, quien aseguró que «nuestros pueblos están tradicionalmente unidos por lazos de amistad, afecto, respeto mutuo y apoyo solidario».
Literatura, ciencia y desarrollo… son hitos que también han marcado las relaciones entre ambos pueblos a través de los años. Cooperación es hoy una palabra clave para consolidar esos vínculos, basados en el respeto mutuo y los intereses comunes que nos distinguen.
Muchos son los afectos por el pueblo ruso que sobreviven al tiempo y acompañan diversos espacios de la Isla. «Son cosas del alma rusa de los cubanos», aseguran quienes desde la Mayor de las Antillas conviven a diario con nombres, lazos de familia, construcciones, automóviles y una cultura que, aunque un poco distante a la nuestra, ha contribuido también a estrechar cercanías esenciales.