La XVI cumbre de la ONU sobre cambio climático entra este lunes en su segunda y última semana, con el desafío de definir estrategias en temas claves y exhibir al final algún resultado.
Hasta ahora, el único documento resultante de la primera fase de negociaciones y hecho público fue el informe del grupo de trabajo sobre cooperación a largo plazo, texto que durante el fin de semana generó polémicas.
No pocos delegados coinciden en que el informe tiene grandes vacíos en varias problemáticas, como la del financiamiento, que mantiene entre sus variantes la cuestionada fórmula del acuerdo de Copenhague, que habla de «movilizar» hacia el 2020 cien mil millones de dólares para las necesidades de los países en vías de desarrollo.
De acuerdo con las estimaciones realizadas por la Secretaría de la Convención Marco y el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, los montos prometidos bajo el pacto de Copenhague son insuficientes frente a las necesidades identificadas en los países en desarrollo en cuanto a la adaptación y la mitigación del cambio climático.
En su introducción al informe del grupo de trabajo sobre cooperación a largo plazo, la presidenta de ese mecanismo, Maragaret Mukahanana, señala que ese texto no es un documento de negociación, pero sí busca facilitar la convergencia de opiniones.
La realidad es que el documento, pese a su carácter oficioso, desató resquemores en grupos de países, que no vieron reflejadas sus aspiraciones en las 33 páginas que abarca.
Granada, en nombre de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares, criticó el compendio por considerarlo carente de ambición suficiente para la protección urgente que necesitan las islas de los efectos del calentamiento global.
«Representa un paso adelante en este complejo proceso de negociaciones, pero requiere de más trabajo en la adaptación y en la visión compartida, y nos gustaría que esos aspectos se refuercen aún más», expresó la representante granadense.
Por su parte, Tajikistán, como voz del grupo de Estados montañosos, expresó preocupación por los desequilibrios y las incongruencias de algunas partes del texto presentado.
«El documento debe reconocer los problemas que afrontan los pequeños Estados montañosos en desarrollo y con ecosistemas frágiles», indicó su delegado.
Durante el fin de semana, la canciller mexicana, Patricia Espinosa, acentuó sus labores para promover un clima de consenso, y reiteró su promesa de transparencia en todo el proceso de negociación.
Instó a las delegaciones a preparar el terreno para el segmento de alto nivel de la próxima semana, con la presencia de jefes de Estado o Gobierno y ministros de varias carteras.
Según la lista de oradores, para el martes están previstos discursos de siete mandatarios, entre ellos el primer ministro de Granada, Tillman Thomas, y el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
Al siguiente día serán 15 los gobernantes que hablarán en la sesión plenaria, entre ellos los presidentes Rafael Correa y Alvaro Colom, de Ecuador y Guatemala, respectivamente.
El jueves lo harán, entre otras personalidades, el presidente de Bolivia, Evo Morales y el de Suráfrica, Jacob Zuma, cuyo país será sede de la próxima cumbre de la ONU sobre cambio climático.