Con la transparencia y la sencillez que le son características, el presidente boliviano Evo Morales explicó en La Habana el propósito de su gobierno de ejecutar un cambio democrático y popular en su país para hacer justicia. Transformaciones profundas que denominó «revolución democrática-popular para que todos vivamos bien», y del que únicamente el pueblo, dijo, puede ser garante.
Aplaudido, a su paso, por la multitud de periodistas que aguardaban su llegada al salón de conferencias de prensa, Evo llegó ataviado con la chaqueta de cuero que habitualmente usa en los actos de protocolo y acompañado por el canciller David Choquehuanca, además de su Ministro de Gobierno. Casi una hora después, concluido el intercambio, todavía un abejeo de reporteros le seguía pasillo afuera, en su retorno al plenario de la XIV Cumbre de los No Alineados.
Junto al venezolano Hugo Chávez, es uno de los dignatarios que más atención genera entre los colegas acreditados a la reunión del MNOAL, que Morales calificó de poder político que esperanzará a los pueblos en lucha por la vida, si el Movimiento se consolida.
Sin embargo, las preguntas de los periodistas estuvieron casi todas dirigidas al acontecer en su país: la nacionalización de los hidrocarburos, la política hacia la hoja de coca, la salida al mar, la Constituyente, y los recientes llamados al paro en los departamentos de Tarija, Santa Cruz, Pando y Beni: intentos de detener los cambios que contuvo, contó, la misma gente: los movimientos sociales que antes tumbaron gobiernos, y ahora resistieron el paro patronal, dijo.
Se trata de pequeños grupos; algunos representantes del capitalismo interno que seguramente se perjudicará con los cambios, enriquecidos antes con la explotación, y a quienes diferenció de los empresarios nacionalistas que, afirmó, «respeto».
«Eso lo resolveremos cuando todos (en Bolivia) entiendan que todos tenemos los mismos derechos», afirmó. Aunque los indígenas hemos sido segregados y aislados, nosotros «no queremos segregar a nadie con la Asamblea Constituyente», explicó.
En alusión al debate que ahora tiene lugar en cuanto a la redacción por esa instancia de la nueva Carta Magna, y la exigencia o no de los dos tercios de los votos o la mayoría absoluta para aprobar sus postulados, Evo expresó su confianza en la figura del referendo. Según lo pactado, será en consulta popular donde el pueblo decida finalmente si se pone en vigor o no el texto que se elabore.
«¿Qué mejor que el pueblo, con su voto, decida?. Ahí está el problema de fondo«, afirmó.
Interrogado sobre las medidas que tomaría su gobierno frente a esos recientes intentos de desestabilización, Evo reiteró su confianza en la unidad del movimiento campesino e indìgena y cocalero del que surgió, y abogó por la concientización social. «Más organización. Es muestra experiencia. Solo creo en la unidad del pueblo boliviano».
NACIONALIZACION PARA RESOLVER LO SOCIALTambién quedó clara la forma estratégica en que el nuevo gobierno de Bolivia concibe la decisión de nacionalizar los hidrocarburos: primero, porque es un reclamo popular y, además, porque la intención del ejecutivo es resolver los problemas sociales en base a los recursos naturales.
Interrogado por la prensa brasileña, el mandatario reiteró que la línea a seguir con las transnacionales que tienen inversiones en el país es la firma de nuevos convenios, a la luz del decreto de la nacionalización, como se ha hecho ya con Argentina y Venezuela.
También ratificó su amistad con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, y la comprensión de este acerca de la circunstancia que vive Bolivia, su pobreza, y el interés del MAS de usar las ganancias que dejan esos recursos para beneficiar a la nación.
COCA A NIVEL RACIONALExplícito y locuaz fue también Evo al explicar el interés de dignificar la hoja de coca, cultivo tradicional que es símbolo, dijo, de la zona andina de su país y de toda la nación.
Evo explicó también la intención de su gobierno de revivindicar la hoja de coca para que sea retirada de la lista de estupefacientes de la ONU, para lo cual, adelantó, conversará con el secretario general, Kofi Annan, en esta reunión.
El diferendo con Chile y la reclamada salida al mar de Bolivia, así como las relaciones con Europa, también fueron temas abordados por el líder del MAS, quien expresó la confianza de que se resolverá el tema del acceso a litorales, de acuerdo con los saludables nexos establecidos con el gobierno de Chile, en cuya agenda bilateral de 13 puntos, figura al tema.
En cuanto al Viejo Continente, el Presidente boliviano enfatizó en la importancia de obtener de ellos los créditos que ayuden a la industrialización para que su nación deje de ser exportadora neta de recursos, y como vía para disminuir la emigración ilegal, como sugirió con la interesante pregunta:
«¿Quieren que sigan llegando (a Europa) bolivianos, o productos bolivianos?«
Seguramente, lo segundo es mejor.