Guibert es uno de los mejores jugadores que posee actualmente el béisbol cubano. Autor: Tomada de Radio Bayamo Publicado: 11/05/2025 | 12:47 am
Hace algunos meses, mientras Yoelquis Guibert moldeaba su madero durante los entrenamientos de la preselección nacional para el Premier 12, le pregunté al jugador santiaguero si actualmente «subestimaba el nivel de calidad de las series nacionales».
Claro que Guibert, tal vez por respeto a quienes se baten como él, de sol a sol, sobre los terrenos cubanos, no dio crédito a aquella interrogante. Pero, ciertamente, la realidad escrita por este pelotero en las últimas campañas dentro del patio, hablan de una superioridad en todos los aspectos ofensivos en relación con la media estadística de la Serie.
En la actual versión de la Liga Élite, por ejemplo, el tercer madero de las Avispas parece sacado de otra dimensión planetaria, de otra órbita espacial cuando miramos sus números. Muy pocos cuerpos de lanzadores, de los seis que han tomado acción en la Liga, podrán decir hoy que le pusieron freno a la furia del santiaguero. Quizá ninguno cuente con ese mérito.
Desde el comienzo de la temporada no se cansa de darle con potencia a la Teammate, de conectar inatrapables o sacudirla a más de 400 pies con sus descomunales conexiones. Fíjense si su afinque en el cajón de bateo causa cierto pánico en los bancos contrarios que, recientemente, en el tercer enfrentamiento de la subserie entre Avispas y Vegueros, Guibert no acumuló turnos ofensivos porque la dirección pativerde prefirió mandarlo en cuatro ocasiones para la primera almohadilla por la vía de los boletos intencionales.
Nadie podrá juzgar al mentor de los ya eliminados pinareños, Alexander Urquiola, por semejante decisión. Razones tenía de sobra para ello. Tanto es así que, desde ese día y hasta la fecha, en los últimos cinco partidos de las Avispas, acumula cinco vuelacercas y 12 carreras fletadas para la goma.
Pero sus dígitos globales intimidan aún más: líder del torneo en promedio ofensivo con 422 y en cuadrangulares con 12, además de remolcar a 32 compañeros. Ningún jugador de la Liga cubana posee mayor integralidad que él, y lo demuestra su OPS de 1441 en 102 comparecencias al bate.
Y no es que «se devore» con facilidad solo al picheo cubano, sino que lo ha hecho también en cualquier torneo internacional cuando viste el traje de las cuatro letras, o en su tránsito por ligas caribeñas, sobre todo, México y Venezuela, esta última a donde debe regresar próximamente.
Puede que Guibert no lo afirme ni lo diga convencido, pero nuestros torneos domésticos le están quedando bien cortos para el nivel de calidad que hoy muestra este pelotero de la tierra caliente.
Esa es una ventaja indiscutible que posee el equipo santiaguero sobre los demás conjuntos del país: la de tener en el centro de su poderosa alineación a un pelotero muy completo que descose la pelota. Ahora mismo, mientras los indómitos disputan con los Alazanes el último cupo a los playoff, Guibert sigue marcando el ritmo de los orientales para entrar en la fiesta de los cuatro grandes.
Es el motor principal en una alineación donde distingue el poderío ofensivo con el feroz bateo de largo alcance llevando la voz cantante.