Obra El Maestro de José Miguel Pérez. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 11/05/2025 | 12:08 am
CAMAGÜEY.— Dialogar en torno al medio ambiente y la importancia de su protección constituye un tema recurrente en diversos escenarios globales. No pocas naciones implementan estrategias políticas para ponderar este asunto y tratar de alcanzar la ansiada sostenibilidad en su desarrollo.
Lo que hoy constituye un debate abierto y permanente para la supervivencia de la especie humana, y más, para la vida toda en la tierra, no siempre fue un pensamiento que motivó reflexiones, ideologías y plataformas políticas.
Sin embargo, el maestro del verbo latinoamericano y mundial, el más universal de los cubanos, José Julián Martí Pérez, tuvo entre sus preocupaciones, además de la vida pasada, presente y futura de la humanidad, la naturaleza, su cuidado y su importancia para el género humano.
Desde la temprana década de 1880 a 1889, el Maestro percibió ideas que se corresponden con conceptos muy actuales como la sostenibilidad, el desarrollo endógeno, el enfoque etnobiológico, el pensamiento geográfico, la ecosofía o la bioética, que permiten reconocer un modo de pensar genuinamente americano hacia el medio ambiente. Ese pensamiento está en las bases de la política ambiental cubana, pero debe socializarse más para ubicar con justeza a Martí como una fuente notable en las raíces del ambientalismo en América.
El novedoso estudio «Formación ambiental desde la obra de José Martí, en carreras pedagógicas con perfil biológico», liderado por el Doctor en Ciencias Pedagógicas Roeris González Sivilla, nos acerca al pensamiento ambiental martiano, a su adelantada visión y a la vigencia de sus reflexiones y valoraciones para la contemporaneidad.
El profesor de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz (Ucial) aseguró a Juventud Rebelde que, aunque la visionaria aproximación del Apóstol a los procesos que implican la relación indisoluble entre la humanidad y la naturaleza tiene una notable presencia en su infinita obra, no ha sido suficientemente sistematizada y aun con esas raíces bien cubanas, para muchos estudiosos del patio solo eran asimiladas de forma parcial, ponderando referentes foráneos, como el fundamento original del ambientalismo americano y cubano.
—¿En este sentido, se puede decir que la dimensión ambiental martiana aporta un elemento de identidad a la teoría ambiental que sustenta nuestras acciones?
—Sí, y permite reconocer a Martí como un antecedente importante frente a esa vertiente colonizadora de la cultura científica.
—¿Cuáles escenarios conceptuales reconoce usted en el hombre de La Edad de Oro, que lo esculpen como un iniciador del pensamiento medioambiental?
—Su humanismo peculiar, opuesto al antropocentrismo secular, pues no ve al hombre como el centro del universo, sino como una pieza clave en él, con la capacidad y el deber para obrar en bien de sí, de los otros y de la naturaleza. Su concepción del equilibrio del mundo va desde la geopolítica, las relaciones económicas y la cultura, hasta las interacciones ecosistémicas.
—El Héroe Nacional de Cuba sorprende a estudiosos contemporáneos por ser un pionero en sus reflexiones sobre la protección y conservación del medio ambiente. ¿Cuáles visiones lo encumbran en los albores del siglo XXI?
—El pensamiento del Apóstol muestra correspondencia con las esencias de la ecosofía, propuesta del francés Félix Guattari, orientada a buscar una sabiduría para habitar el planeta, desde la armonía entre humanidad y naturaleza, la justicia social, el rechazo al consumo irracional, el compromiso ambiental, el diálogo intercultural, una concepción sistémica compleja de la Tierra y la resiliencia ante las crisis.
—¿Hay en el autor intelectual del asalto al Moncada una sensibilidad hacia los fenómenos de la vida, desde un sentido bioético?
—Sí, el expresa un elevado respeto por la vida, como fenómeno biológico y del derecho de todas las criaturas a existir. Estas ideas se aprecian en el Martí niño, que libera al grillo que sus compañeros llevaban atado y de adulto es incapaz de emplear como diana a un ave en vuelo, durante una práctica de tiro con Gómez, en República Dominicana.
—¿Qué reportes ponderan a Martí como uno de los iniciadores del periodismo medioambiental?
—La pérdida de la biodiversidad tuvo en Martí a uno de sus primeros cronistas en América. En un artículo de 1881, para La Opinión Nacional, sobre un grave incendio forestal en Michigan, él describe el desastre y señala sus posibles causas, con la intención de educar a sus lectores.
«Luego aparecerán más trabajos en este y otros periódicos sobre la deforestación en varias latitudes, su asociación al comercio de maderas y la política, esfuerzos para su mitigación, investigación forestal, importancia de los bosques y su explotación racional, con posturas muy cercanas a las ideas actuales de sostenibilidad».
—¿En la obra martiana también se evidencia su sensibilidad hacia el patrimonio histórico, componente del medio ambiente que se ve altamente amenazado por la irracionalidad humana?
—Son varios los escritos martianos sobre el patrimonio histórico cultural y sus creadores, pero sobresale su acercamiento al mundo precolombino. Las ruinas indias constituye un singular lamento por la suerte de ese legado.
«Martí destaca sus valores, a modo de testimonio arquitectónico de la vida de nuestros habitantes originarios, en sitios como Tenochtitlán, Texcoco, Tulán, Cholula, Utatlán, Sayil, Labná, Izabal, Kabah, Chichén Itzá, Uxmal, Mitla y Palenque.
«El Maestro no poseía la
concepción actual de la conservación del patrimonio, pero su sensibilidad y visión peculiar de las creaciones humanas, sus valores culturales, históricos, geográficos y naturales, hoy son esencias necesarias para que se otorgue a un sitio cualquier categoría patrimonial».
—Fue (es) Martí un defensor de las lenguas originarias de descendientes de culturas precolombinas que mantienen su autoctonía y resisten los embates colonizadores. ¿Cómo se evidencia esa visión adelantada en el ideal anticolonizador?
—Apostó por la defensa frecuente de la complejidad, valor identitario y naturalidad de las lenguas de los pueblos originarios, y los localismos influidos por estas, siempre que se despojasen de la grosería y el maltrato lingüístico. Ello se constata en Voces, un glosario de expresiones populares nacidas en América, algunas previas a la conquista, con sus significados en castellano.
—La investigación suya nos acerca al Martí pionero en la defensa de la naturaleza y en la visión crítica del complejo sistema de relaciones entre lo humano y lo natural.
—Sí, y enfatiza en formar a los profesionales como educadores ambientales que coloquen a Martí entre las bases del ambientalismo cubano. La Maestría en Educación Ambiental de la Ucial así lo pondera.