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A pesar de ser un equipo con buenos resultados en el principal torneo nacional, Artemisa no cuenta con una cancha propia donde jugar sus partidos. Autor: Maykel Espinosa Rodríguez Publicado: 04/05/2019 | 10:00 pm
Raudel Balaguert ha estado al frente del conjunto artemiseño masculino de baloncesto desde el surgimiento de la provincia. Ha cumplido dos misiones deportivas en Venezuela y posee par de medallas de bronce en la Liga Superior cubana, asegura.
Confiesa que ha desarrollado una carrera como entrenador en el principal nivel demasiado sacrificada, pues ante la ausencia de una cancha con condiciones para entrenar en su territorio, ha pedido permiso para entrenar tres días en el habanero Cerro Pelado, sus jugadores se han preparado en el cemento, han hecho preparación física en la hierba o ha tenido que marcar un terreno de básquet en uno de fútbol.
La problemática que enfrenta el equipo desde hace rato ya ha salido hasta por la televisión, dice un tanto esperanzado, como si la televisión fuera un camino recto hacia la solución. Él no lo dice, pero yo se lo recuerdo. Ahora que su conjunto discute la final del principal certamen liguero puede ser un buen empuje para resolver esa grave dificultad. «Veremos si se deciden a remodelar la cancha de la EIDE de Artemisa», afirma un poco dubitativo.
A pesar del lastre que significa jugar los partidos de local en una instalación de otra provincia, el plantel artemiseño terminó en el segundo escaño en la etapa clasificatoria de la Liga Superior, luego venció en cinco choques a Santiago de Cuba y actualmente discute el trono contra Villa Clara. «En el papel salen ellos como favoritos, son los actuales campeones y acumulan varios años jugando postemporadas. En cambio, nuestro equipo es una mezcla de juventud y experiencia, pero tenemos mucha confianza en llevar lo más lejos esta serie, inspirados, sobre todo, por las dificultades que hemos atravesado.
Raudel Balaguert tiene en su palmarés de entrenador dos medallas de bronce en la Liga Superior de Baloncesto.
«Tenemos un jugador estrella como Osmel Oliva, no es necesario hablar de él, pero también contamos con Joice Daudinot, a quien siempre le toca bailar con la más fea en su misión de defender al más ofensivo del equipo contrario; Legismel Boulot, muy sacrificado bajo las tablas; el refuerzo pinareño Yosiel Monterrey, nuestro segundo referente ofensivo o nuestro base titular Joel Sánchez. Con ellos y nuestra aguerrida banca tenemos que luchar por el título», afirma el estratega.
En cuanto a la actuación de sus muchachos en esta justa, el alquizareño la evaluó de muy positiva, pues siempre salieron a jugar enfocados en la victoria, a pesar de no contar con un tabloncillo propio desde hace varios años, lo que demuestra que han tenido un poder de adaptabilidad tremendo y los problemas los han enfrentado bien. Amplía que su equipo es polivalente, son fuertes en defensa, destacan por un juego colectivo ofensivo y una disciplina que ha sido la principal razón de que estén hoy en una final.
Poco a poco en la fase regular se fueron metiendo en la pelea, y cuando terminaron la primera vuelta aparecían entre los cinco primeros. «En Pinar del Río tuvimos que jugar alrededor de 14 partidos como locales y consideramos que era nuestra gran oportunidad de avanzar en la tabla. Al final, en la segunda fase, ganamos diez encuentros y eso fue muy favorable para agarrar el segundo lugar y no soltarlo más.
«Tras terminar como los segundos más vencedores, el exceso de confianza se apoderó de nosotros en el inicio de la semifinal ante Santiago de Cuba, un elenco muy aguerrido que nos venció en el primer choque, aunque luego pudimos igualar el play off en su territorio, que era nuestro principal propósito. Luego en Pinar del Río nos vuelven a ganar en el primer juego con un marcador amplio. Tras una reunión crítica, ellos mismos comprendieron la necesidad de ganar esos dos partidos restantes para incluirse en la final y lo consiguieron», concluyó Balaguert.
