Sulián Matienzo aportó 11 unidades. Autor: Zimbio Publicado: 21/09/2017 | 06:12 pm
TALDYKORGAN.— Puestas todas las armas sobre la mesa durante la apertura, sería casi un milagro que no se cumplieran los vaticinios en el grupo N del tercer nivel del Grand Prix de voleibol para damas, con asiento en esta ciudad de Kazajstán. Para que así no suceda, tendrían que ceder la selección cubana frente a la más inexperta representación de Argelia y las anfitrionas ante el discreto elenco de Australia, ambos en partidos que se celebraban poco después del cierre de esta edición.
Claro, lo que parecía de antemano una desigual pelea no lo fue tanto, pues australianas y argelinas sacaron algunas uñas durante su estreno en el Palacio de los Deportes Zhastar. O tal vez la culpa fue de sus rivales de turno, por haber dado margen para que el adversario no fuera tan pequeño como se creía.
Las locales tuvieron una seria resistencia del cuadro de Argelia durante el primer parcial que ganaron por 25-23, y aunque le siguieron más cómodos pizarrones de 25-17 y 25-20, el partido no fue para nada un paseo por su patio.
En el caso de las dirigidas por Roberto García, les costó trabajo poner el pie sobre el acelerador para completar una barrida esperada, pero tal vez con una mayor holgura de partida. «No estamos totalmente conformes con el desempeño, pues no comenzamos muy bien, y debe ser porque hemos tenido que ir adaptándonos poco a poco al cambio de horario», nos comentó luego la capitana y atacadora auxiliar Sulián Matienzo, en referencia a la notable diferencia de horas entre La Habana y esta urbe ubicada en una zona euroasiática.
Lo cierto es que los primeros compases del partido sirvieron para confirmar que las niñas de la Isla Continente no estaban a la altura de las circunstancias. No obstante, las cubanitas aparecieron sobre la cancha a veces distraídas, otras echas un manojo de nervios, y un error en el pase por aquí, un saque perdido por allá, una mala defensa en la net, y también algún que otro efectivo ataque del rival —todo sea dicho—, las hizo nadar a contracorriente hasta alcanzar el control necesario para que la situación no se les fuera de las manos.
Las dos mangas siguientes fueron tal vez el reflejo de la diferencia entre ambos equipos. Las armas fundamentales para establecerla fueron el saque (nueve aces), el bloqueo (siete) y el carácter en ciertos momentos críticos, que llevaron intensos llamados de atención. Sin excederse en demasía, la jovencita Melissa Vargas volvió a liderar el ataque con 18 unidades, tres de ellas desde la línea de los servicios. Matienzo con 11 y la central Alena Rojas con ocho, hicieron el acompañamiento.
«Es normal que a un equipo tan joven le cueste trabajo adaptarse a los cambios y comenzar a un alto nivel las competencias más fuertes», explicó el timonel de la selección cubana, convencido de que sus pupilas deben superar esos errores, muchas veces mentales, si quieren conseguir sin sobresaltos la clasificación a la final del nivel, que se celebrará en la ciudad australiana de Canberra entre el 10 y el 12 de julio.
Asumiendo que —al momento de leer estas líneas— todo haya transcurrido por cauces tranquilos, el duelo dominical frente a las anfitrionas aportará más luz al desenlace de esta llave, que tendrá continuidad el venidero fin de semana en tierras peruanas. Allí volverán a compartir cartel cubanas y kazajas, junto a las colombianas y anfitrionas, estas últimas enroladas por estos días, acompañadas por las peruanas, en la llave O con sede en la ciudad de Monterrey, donde las mexicanas hacen de locales.
Según lo estipulado en el reglamento, la selección de Australia tiene un cupo asegurado en la final del nivel por su condición de sede, y a ella avanzarán los tres equipos que acumulen los mejores puntajes durante estos dos fines de semana.