Nacido en Santiago de Cuba y conocido por su arrojo como La panterita oriental, se caracterizó por una pegada que le permitió sumar numerosos triunfos antes del límite.
Betancourt fue campeón nacional en los 63,5 y 67 kg, y reinó en la primera de ellas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Kingston 1962, además de cifrar un bronce en San Juan 1966. Compitió en los Olímpicos de Tokio 1964, en los Panamericanos de Winnipeg 1967, y en 1969 ganó el Campeonato Centroamericano y del Caribe de la disciplina.
Tras su retiro, fue entrenador en la academia la antigua provincia Habana, en la Industria Deportiva y la dirección de Deportes municipal de Diez de Octubre, hasta su jubilación.
Llegue a sus familiares y amigos el más sentido pésame del movimiento deportivo cubano.