Domínguez, 23 del ranking mundial con dos mil 727 puntos de Elo, logró su quinto triunfo en la justa. Autor: FIDE Publicado: 21/09/2017 | 05:34 pm
No tengo dudas. Capablanca estaba ahí, «soplándole», como le susurra un niño a otro en pleno examen de matemáticas, con esa pícara complicidad que solo suscitan las trampas y las diabluras infantiles. De otra forma no puedo explicar tamaño enchuche, esa conexión casi fantástica entre lo real y lo maravilloso, entre el «pellízcame que estoy soñando» y el «no fastidies compadre». Hay sucesos que te tumban de la emoción. Leinier me va a provocar un infarto.
Creo que ya lo suponen. Domínguez (2723 puntos Elo, y sumando) desbarató este sábado al genial bambino Fabiano Caruana (2774), vistiendo el negro durante 65 trastazos de una defensa Siciliana, variante Najdorf —una de sus favoritas— y plantó bandera en la cima de la cuarta parada del Grand Prix de ajedrez, con sede en la ciudad griega de Salónica.
El güinero latía al término del lance 29 de su oponente y fue cuando el mítico José Raúl le dictó, otra vez, el movimiento preciso. Sin pensar —creo que estoy exagerando, dada la naturaleza del deporte en cuestión— sacrificó la calidad y ¡pum!, nada pudo contener la hemorragia itálica. Peones imparables le indicaron el camino a la coronación.
Por cierto, la misma jornada puso en bandeja la actualización del ranking de la FIDE, y nuestro muchacho aparece con cuatro rayitas de más, acariciando el puesto 23. Yo solo cuento los días para el arribo de julio, pues entonces deberá sumar una veintena de puntos, al menos, y pavonearse entre los quince primeros del orbe. Díganme un adjetivo… no encuentro ninguno.
Ya van cinco victorias en suelo helénico —puntero en dicho acápite— y solo su traspié ante el líder Gata Kamsky (2741, cuatro sonrisas y 6,5 rayas en la tabla general) lo separan, por el momento, del liderazgo absoluto. En efecto, marcha segundo con idéntico registro que el estadounidense, pero el sistema de desempate le dio la espalda.
Juega para un perfomance rating de 2915 y aparece con 2750 kilos en el escalafón «en vivo», una cifra que lo ubica solo por detrás de 14 de los 46 monstruos del cenáculo más vistoso en el reino de Caissa.
Después de Kamsky y Leinier ancla el propio Caruana (5,5), seguido del ruso Alexander Grischuk (2779-5 unidades); el uzbeco Rustam Kasimdzhanov (2699-4,5); el búlgaro Veselin Topalov (2793-4,5); el ucraniano Ruslan Ponomariov (2742-4,5); el ruso Peter Svidler (2769-4); el galo Etienne Bacrot (2725-4); Hikaru Nakamura (2775-3,5), de Estados Unidos; Alexander Morozevich (Rusia-2760-3,5); y el ucraniano Vassily Ivanchuk (Ucrania-2755-2).