Ciclista cubano Damián López. Autor: Cubadebate Publicado: 21/09/2017 | 05:18 pm
El ciclista cubano Damián López está a un paso de realizar el mayor sueño de su vida: representar a su país en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012. El hombre, de 36 años, envió una solicitud a las autoridades internacionales del ciclismo para que le permitan participar en la competición para discapacitados más importante en el mundo.
El ciclismo es su pasatiempo favorito y lo único que le evitó caer en la desesperación cuando, a los 13 años, tuvo un accidente en el que perdió sus antebrazos y que le desfiguró la cara. A esa edad, López estaba jugando con una cometa que se enredó en unos cables. Cuando el chico trató de desenredarla, sufrió una descarga eléctrica de unos 13.000 voltios que casi acabó con su vida dejándolo en un coma del cual, según los médicos, no debería haber salido.
Contra todo pronóstico, López se despertó tras unas semanas de inconsciencia, pero ya no era el adolescente despreocupado de antes. Después del accidente le costaba comer, andar, hablar e incluso cerrar los ojos, ya que perdió un párpado.
Gradualmente, el joven recuperó fuerzas, tanto físicas como psicológicas, para salir de casa, y en algún momento se atrevió a montar en bicicleta. Después de varias caídas, aprendió a manejar el manillar de la bicicleta con los muñones a la altura de sus codos. Y un poco más tarde, llegó a manejar la máquina mejor que la mayoría de la gente común que tiene intactos ambos brazos. A los 18 años ya participaba en las carreras callejeras de La Habana.
Hoy en día el joven está decidido a ir a Londres para la Olimpiada 2012, aunque ahora mismo sus resultados no han alcanzado el nivel necesario. Los mejora cada día gracias a entrenamientos constantes. Pese a ello, López empezó a entrenarse demasiado tarde para clasificarse de forma automática para los Paralímpicos, por lo que necesita una invitación especial de las autoridades internacionales del ciclismo. La Federación Cubana de Ciclismo respalda la solicitud de López para recibir tal invitación, con la esperanza de que su perseverancia sea recompensada.