Jean Carlos Peña (derecha), subcampeón mundial de karate en el año 2000, fue uno de los venezolanos que mostró su clase en Cartagena. Foto: AP Todavía fresquecitos en la memoria, los XX Juegos Centroamericanos y del Caribe, que concluyeron el pasado domingo en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, siguen dando de qué hablar.
A saber, reporta EFE que Eduardo Álvarez, presidente del Comité Olímpico de Venezuela, se mostró complacido con el cuarto lugar alcanzado por la delegación vinotinto, que cosechó 49 medallas de oro, 90 de plata y 124 de bronce.
«No nos sentimos nada mal, estamos satisfechos y orgullosos de nuestras selecciones nacionales. Les quiero decir a nuestros atletas que no cambio las 90 medallas de plata obtenidas por las 13 de oro que nos faltaron para cumplir la meta de 62», expresó el máximo dirigente del deporte venezolano.
Mientras, otro que no escatimó elogios fue el titular del Comité Olímpico Dominicano, Luis Mejía, quien calificó de «extraordinaria» la actuación de su país en Cartagena.
En un acto de reconocimiento a las federaciones que lograron medallas en los Juegos, Mejía aseguró que fueron muchos los «desvelos» que causaron a los dirigentes deportivos locales la preparación de los atletas que dieron tanto orgullo al país en la cita regional.
Las autoridades deportivas dominicanas habían pronosticado alcanzar unas 80 medallas «de diferentes colores» y finalmente los quisqueyanos se llevaron 97 (22-31-44) para anclar en el sexto lugar, cosecha muy superior a la de 1998 cuando obtuvieron 71 (7-20-44).
Junto a Dominicana y Venezuela, México dio el gran salto en Cartagena al totalizar 275 preseas (107-82-86) y erigirse en protagonista después de Cuba. Mas Puerto Rico ganó 96 medallas (24-19-53) y tuvo igualmente un avance notable, sin olvidar a Colombia, que con sus 219 premios (72-70-77) puso picante la cita.
Estos números evidencian una competitividad superior que mucho necesitaba el deporte en nuestra área geográfica. Así, ya no se pude ir a los Centroamericanos con la guardia baja. Y en los Juegos Panamericanos del próximo año cambiará igualmente la distribución del medallero. No hay que ser un mago para adivinarlo.