El boxeador holandés Bart Van Polanen Petel está demostrando que su profesión no está reñida con la espiritualidad, aunque algunos piensan que le dio un duro golpe al mundo artístico. Se le ocurrió usar sus puños para crear, y con golpes de sus guantes a una superficie plana, sencillamente pinta sus obras ¿de arte? «El boxeo despierta, enciende, libera la bestia interior. Con técnica y precisión, el boxeo honra nuestros instintos animales. No por el toque suave de un cepillo, pero golpeando la pintura sobre tela, también rindo homenaje», asegura.