Januel está más que listo para seguir conquistando el mundo de la actuación y lograr los sueños que se ha propuesto Autor: Cortesía del entrevistado Publicado: 17/05/2025 | 07:50 pm
En su papel como Alejandro en Sábados de gloria, un personaje que ha marcado un antes y un después en su carrera, Januel Hernández no solo se ha destacado por su actuación, sino también por la preparación meticulosa que dedicó a su rol. «Alejandro ha sido realmente el personaje más importante para mí, y estoy muy agradecido por ello», expresó en entrevista con Juventud Rebelde.
—En la telenovela Renacer tuviste un personaje más pequeño. ¿Cómo te preparó para interpretar a Alejandro?
—En Renacer tuve un personaje pequeño con varias apariciones, pero siempre se agradece la oportunidad. Ahí aprendí muchas cosas: a ser más calmado, a dedicarle más tiempo a los textos y a no apresurarme al decir mis líneas. A veces, uno se apura al hablar y olvida que lo más importante es disfrutar lo que está haciendo.
«Ese aprendizaje sobre el disfrute me ayudó a interpretar a Alejandro en Sábados de gloria con mayor preparación, más tranquilidad y mayor goce del proceso. Siempre hay mucho por aprender, por supuesto. Y aún estoy comenzando, apenas estoy en el inicio del camino. Para mí, lo fundamental es seguir aprendiendo todos los días. Creo que eso es lo que nos mantiene activos: entender que esta profesión es una escuela constante. Nunca dejamos de aprender, y eso es muy importante para mí».
—¿Alejandro y tú tienen cosas en común? ¿Qué aprendiste de él y qué le aportaste de ti?
—Alejandro y yo tenemos muchísimas cosas en común, especialmente en cuanto al carácter. Ambos buscamos constantemente el amor, la paz y la tranquilidad. Creo que compartimos muchas similitudes, tanto en nuestra forma de ser como en nuestras historias.
«En un momento de la trama, Alejandro menciona que se presentó en el Instituto Superior de Arte (ISA) en dos ocasiones y no logró aprobar las pruebas. Ahora puedo decirlo porque esa escena ya se emitió en los primeros diez capítulos. Curiosamente, algo muy parecido me ocurrió en la vida real. Cuando estudiaba en el Olga Alonso, con Humberto Rodríguez, me preparé y me presenté en el ISA en dos ocasiones, pero lamentablemente no aprobé y no pude ingresar a esa escuela.
«Sin embargo, continué haciendo teatro, que es lo que realmente amo. El teatro me ha mantenido activo todo este tiempo y lo sigue haciendo hasta hoy. Actualmente estoy en Ludi Teatro, con Miguel Abreu, y me siento muy feliz por ello. Le doy gracias a Dios por esta oportunidad de estar ahí y seguir aprendiendo cada día».
—¿Cómo manejas el hecho de que tu personaje haya tocado tanto al público?
—Creo que eso es de lo que agradezco: la acogida del público a Alejandro. Me sucede constantemente que la gente me reconoce en la calle y estoy muy agradecido por ello. Recibo muchos mensajes hermosos de amor y apoyo, y en las redes sociales veo publicaciones de personas que se toman fotos conmigo y luego las comparten. Eso es algo que valoro muchísimo, y le doy gracias a Dios por este momento tan bonito que estoy viviendo.
«Sobre todo, me conmueve la reacción de los niños. Tienen una manera especial de demostrar cariño y me siento profundamente premiado por eso. A menudo me encuentro con niños en la calle, y las cosas que me dicen son realmente hermosas».
—¿Qué significa para ti actuar en el escenario y cómo ha influido en tu trabajo en televisión?
—El teatro ha sido fundamental en mi carrera. Para mí, estar en un escenario es estar vivo. Creo que es lo que nos mantiene en constante movimiento y crecimiento.
«Puede sonar manido, pero es la realidad: el contacto directo con el público es algo especial y una experiencia única. Además, el teatro nos prepara para todas las ramas de la actuación: cine, televisión, radio… Ese bagaje, esa formación integral, solo te la da el teatro».
—Desde tu experiencia en Sábados de gloria, ¿qué crees que necesita un actor joven para abrirse camino en la televisión cubana?
—Creo que la fe es algo fundamental; nunca te puede faltar. Tienes que confiar en lo que Dios tiene preparado para ti, porque solo él sabe cuándo te tocará lo que has estado esperando. Para mí, se trata de mantener la fe, el enfoque y la esperanza de que todos tus planes se cumplirán. Todos esos sueños y proyectos que tienes están ahí para ti, preparados, y lo único que tienes que hacer es aferrarte a ellos y no desistir nunca. Sea lo que sea a lo que te dediques, aférrate a eso y sigue adelante. Eso es lo más importante: seguir haciéndolo siempre.
—Después de Sábados de gloria, ¿qué sigue para Januel Hernández? ¿Algún nuevo proyecto en cine, teatro o televisión?
—En estos momentos mis planes son seguir haciendo teatro, continuar con lo que me gusta y lo que amo. El teatro es mi pasión, aunque también amo el cine, la radio y la televisión. Todos los medios son importantes para mí. Como he dicho en otras ocasiones, el teatro es lo que te mantiene activo, y por ahora, esos son mis planes: hacer mucho teatro y disfrutar al máximo lo que estoy haciendo.
—¿Cómo manejas la vida personal y la carrera cuando estás en medio de un proyecto tan demandante como esta novela? ¿Tienes alguna rutina o forma de desconectarte del trabajo?
—Es una muy buena pregunta. Creo que es casi imposible desconectarse del personaje o del proyecto en el que estás trabajando, especialmente cuando es algo tan grande como Sábados de gloria —uno de los proyectos más importantes de mi carrera hasta ahora—. A veces, mientras caminas por la calle, te encuentras repitiendo tus líneas.
«Cuando hay que grabar 15, 16 o 17 escenas en un solo día, no siempre tienes tiempo para aprenderte todos los textos. Entonces, debes de aprovechar al máximo cada momento: si vas por la calle, si haces algún mandado, si estás en la guagua o en tu casa, que es cuando más tiempo tienes para estudiar, pues lo haces. Pero, en realidad, desconectarte por completo de eso es casi imposible».
—Como actor, ¿hay algo que hayas aprendido de ti mismo a través de los personajes que has interpretado, algo que antes no sabías sobre ti?
—Con esta novela aprendí a preparar un Mojito —se ríe—, algo que no sabía que podría hacer, ni un Cuba libre. He aprendido cosas nuevas. Pero más allá de lo simpático, los personajes siempre te enseñan algo. Te hacen recordar sentimientos, vivencias. Más que ayudarte a aprender, lo que hacen es ayudarte a recordar.
«La actuación es un reflejo de la vida, y cuando interpretas un personaje tienes tiempo para enfocarte en los detalles particulares que a veces olvidas. Lo que más he aprendido es a ser paciente, a estar calmado, a esperar, a estar atento a esos detalles que solemos pasar por alto. He aprendido a vivir con fe, a estar tranquilo, sin prisas».
—Si pudieras hacerle una pregunta a tu yo de hace cinco años, ¿cuál sería?
—Sí, tengo una pregunta para mi yo del pasado: ¿Estás preparado?
Si Januel Hernández pudiera responder a su yo del pasado, sin duda lo haría con una firmeza y confianza que solo se logran a través del tiempo y la experiencia. «Sí, ¡estoy preparado!», diría sin dudarlo.
Con la vocación, el talento y la perseverancia que lo caracterizan, ha sabido afrontar cada reto y aprovechar cada oportunidad que la vida le ha brindado. Su preparación no solo está en el aprendizaje técnico y profesional, sino también en la fortaleza emocional que ha cultivado a lo largo de los años.
Hoy, con el respaldo de su familia, su dedicación y la fe en lo que hace, Januel está más que listo para seguir conquistando el mundo de la actuación y lograr los sueños que se ha propuesto. Porque ya sea tras la barra de Alejandro o sobre las tablas que tanto ama, su historia apenas comienza.