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Las fortalezas del Museo Ruta del Esclavo

Al ser declarado mejor museo del país en 2024, el colectivo del museo Ruta del Esclavo, Castillo de San Severino, se siente más comprometido con la conservación de ese inmueble y la preservación de la historia

Autor:

Juventud Rebelde

Matanzas.— El Comité Cubano del ICOM (Consejo Internacional de Museos) y el Consejo Nacional de Patrimonio, le otorgaron al museo Castillo San Severino, museo Ruta del Esclavo, la condición de Mejor Museo del Año 2024, por su labor en el fortalecimiento de la cultura y la enseñanza histórica a las nuevas generaciones de cubanos y extranjeros.

Se reconoció el quehacer del colectivo en la reconstrucción y conservación de la institución, el trabajo con la comunidad, la cooperación con universidades cubanas y extranjeras; así como la construcción de la nueva Sala de Interpretación de Multimedia, dotada de los mejores medios técnicos en el uso digital para Internet.

Hoy el proyecto se llama Ruta de las personas esclavizadas, libertad, resistencia y patrimonio, y estas son las palabras que hemos colocado en las terrazas restauradas, subraya a este diario la  Dr. C. Isabel Hernández Campos, directora del Museo ruta del Esclavo, Castillo San Severino.

«El centro de interpretación es una sala inclusiva, participativa, y con interactividad para que el visitante se al colocarse delante de un gráfico con planos superpuestos, y él mismo puede seleccionar lo que quiere ver, por ejemplo, la principal zona de captura de esclavos en África, se ilumina esa región; si quite conocer el comercio de mercancías hacia Europa, se reflejan las rutas», nos explica Hernández Campos.

«Este es el punto de partida, porque ese centro de interpretación lleva otra sala donde vamos a tratar otros elementos como el legado africano en la literatura, en las artes plásticas, en la danza, y en la música, y que ahora solamente lo tenemos en lo que es la culinaria y su reflejo en el cine, tanto de la esclavitud como el legado en el cine porque el resto del centro de interpretación está referido a la trata como tal, o sea, al comercio de esclavos que es lo primero que se encuentra cuando llegas a la sala», añade.

«El objetivo es que las personas que nos visitan se ubiquen en el continente africano, en lo que esos territorios tenían antes de convertirse en cazaderos de esclavos», precisa la historiadora e investigadora matancera.

«El museo ha cambiado y su sala de interpretación ha dejado un impacto positivo en los visitantes», afirmó.

Los paneles muestran hitos de las personas esclavizadas, desde la llegada, venta y las formas en que trabajaban en las plantaciones de café, tabaco y caña de azúcar. También se reflejan los castigos a que eran sometidos y las respuestas a esas condiciones de vida y trabajo, como la Conspiración de Aponte y otras manifestaciones de rebeldía como el cimarronaje y el apalencamiento.

En el Centro de Interpretación se muestran objetos hallados en las cuevas donde habitaron los cimarrones, además de un grillete, un caldero y pipas. Un esquema recoge el proceso de desintegración de la esclavitud y los pasos que se dieron para la abolición total.

Otro espacio relevante es el dedicado a cómo la cinematografía cubana ha tratado el tema de la esclavitud y su legado, con la posibilidad de ver en un televisor, audiovisuales, películas, documentales y los carteles de los filmes.

Igualmente, se resaltan a un grupo de personalidades relevantes de la historia cubana y sobre la culinaria en la isla.

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