Cualquier mamá pediría ayuda si sus hijos se encontraran en peligro, pero no nos hubiéramos imaginado a una pata gritando para que alguien salvara a sus bebés. Afortunadamente, unos policías que se encontraban cerca del lugar acudieron al rescate.
Los pequeñitos habían quedado atrapados en una alcantarilla, un sitio imposible de alcanzar por mamá pata, quien no paraba de graznar y caminar en círculos sobre el lugar. Luego de unas pequeñas maniobras, los patitos fueron sacados de ahí y liberados junto a su madre en un lago. Según uno de los rescatadores, esta «pequeña y buena obra» les alegró el día. Cuac, Cuac…