Una adolescente de EE.UU. fue noticia esta semana al anunciar que está en tratamiento para dejar un extraño hábito que se ha convertido en adicción: comer barras de desodorante. Nicole, de solo 19 años, confesó que comenzó a ingerir el perfumado producto cuando tenía cuatro años. Primero con unos mordiscos a los desodorantes de sus padres, hasta llegar a comer 15 barras completas por mes. Afirma que su vida gira en torno a la rara dependencia desde el momento en que se despierta, hasta antes y después de cada comida. «He intentado dejar de hacerlo, pero las veces que lo intenté me enfermé y sufrí fuerte dolores de cabeza», explicó. Tan grave es su adicción, que cuando no consigue ningún desodorante en barra, se aplica en la boca alguno en aerosol. Al menos tendrá siempre buen aliento...