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Presidente cubano encabezó acto nacional en Playita de Cajobabo a 130 años del desembarco de Martí y Gómez

Hasta Playita de Cajobabo, donde hace 130 años desembarcaron Martí y Gómez para sumarse a la lucha por la independencia de Cuba, llegó este viernes el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a un centenar de jóvenes. Desde allí llamó a hacer perdurable la Revolución con compromiso, lealtad, fidelidad y con valentía

Autor:

Yuniel Labacena Romero

IMÍAS, Guantánamo.— «Salto. Dicha grande». Esa frase resumió la plenitud del espíritu de José Martí y la palpable felicidad que sentía por hacer realidad su mayor empeño: luchar en los campos de batalla por la independencia de Cuba. Era 11 de abril de 1895 cuando ponía pie en tierra por Playita de Cajobajo, a la hora en que negras nubes se empeñaban infructuosas en tapar una luna roja.

No lo amilanaron tampoco la amargura del fracaso del Plan de la Fernandina, ni la feroz vigilancia de los espías españoles, ni lo avatares para conseguir goletas en que realizar el viaje hacia la Patria, ni la persecución de los buques enemigos que lo obligaron a un sinuoso itinerario, antes de llegar a nuestras costas, hace 130 años.

Por eso, este viernes hasta la orilla del mar que «abrazó» al Apóstol, a Gómez y sus compañeros de lucha, frente a las enormes rocas y farallones, llegó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a un centenar de jóvenes para honrar ese hecho marcado por la adversidad, la valentía y un profundo amor a la Patria.

En otro salto de dicha grande allí y necesario encuentro con la historia, también, estaban el miembro del Buró Político Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del Partido; y Meyvis Estévez Echevarría, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), así como las máximas autoridades políticas y gubernamentales de la provincia.

Luego de presenciar lo que podría haber sido el desembarco, protagonizado ahora por las nuevas generaciones con la bandera en alto, el Jefe de Estado y quienes lo acompañaban, puso flores en el obelisco que perpetúa un hecho donde resaltan la estatura mayor del ejemplo de los principales jefes de la Revolución de estar en la primera trinchera de combate junto a su pueblo y compartir su suerte.

Fueron de esos mismos sentimos de los que habló el Presidente cubano cuando se reunió con los jóvenes como ya es habitual tras rememorar algún suceso histórico, porque «siempre le hemos pedido a ustedes en estos encuentros que valoren el hecho, lo vivan en el lugar como protagonistas, lo traten de recrear, pero, además, que indaguen en el mismo, en sus causas, y sobre todo en su legado».

Entonces, afirmó que en Playita «hay un legado tremendo» y que «uno realmente asume la historia cuando puede hablar y sentirla con la pasión que la ha defendido la historiadora de este sitio». Se refería a la Doctora en Ciencias Noralis Palomo Díaz, presidenta de la Sociedad Cultural José Martí en Guantánamo, quien habló a los pinos nuevos del patriotismo de Martí y las vicisitudes de aquel desembarco, de su tránsito y de los expedicionarios por tierras guantanameras, y calificó aquel 11 de abril de 1895 «como un día memorable».

Tras sus palabras se escucharon a los jóvenes, quienes conmovidos contaron de la nueva ruta histórica que partió el miércoles desde La Habana y tuvo paradas en el museo que en Guáimaro nos recuerda cómo nació nuestra primera Constitución y República, en las plazas martianas de Camagüey y Las Tunas, la Plaza de la Revolución Mariana Grajales, el mausoleo al mambisado en La Confianza, la Brigada de la Frontera, Orden Antonio Maceo, así como la realización de una vigilia en Cajobabo, en espera de la gloriosa fecha.

Royner Reyes Ávila, presidente del Movimiento Juvenil Martiano en Las Tunas, aseguró «que estos encuentros son muy importantes en la hora actual de Cuba cuando nuestros enemigos apuestan porque olvidemos nuestra historia»; mientras Roberto Cabaña Vázquez, secretario del Comité UJC del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), sugirió continuar con estos espacios, no solo nacionales, sino también en los municipios.

«Si estamos hablando de historia y de trabajo político ideológico, debemos repensar cómo llegar a más gente, fortalecer y mejorar los mensajes», dijo el joven, quien compartió la propuesta guerrillera de salir por las provincias un grupo de muchachos del Minrex para explicar en centros y comunidades sobre el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, y su impacto.

Momento especial del intercambio fue la presentación por Miguel Cruz Suárez, director de la Casa Editora Abril, del libro Martí a flor de labios de Froilán Escobar González, que con prólogo del intelectual Cintio Vitier, es un suceso prodigioso que reúne los testimonios de siete hombres y mujeres que siendo niños y adolescentes conocieron al Maestro cuando desembarcaba por Playita de Cajobabo.

Como dijo Cruz Suárez «este es un texto para que los jóvenes se sientan cubanos y como Martí estén dispuestos a hacer la Patria, porque eso fue lo que percibieron quienes lo conocieron en este lugar y al momento de ser entrevistados por el autor habían transcurrido 78 años de aquel encuentro con Martí, pero lo recordaban vívidamente».

Por eso, al invitar a leer Martí a flor de labios, el Primer Secretario del Comité Central del Partido señaló que «estos encuentros dejan a quienes lo viven el entusiasmo por continuar investigando, estudiando, profundizando en el hecho». Además, expresó que «nos ayudan a acrecentar la pasión, el compromiso y los valores».

Agregó que ese propósito de que estos intercambios sean en todos los lugares está «en nuestro programa, cada provincia recreando lo suyo, pero también saliendo de sus municipios, del territorio, que los jóvenes conozcan a Cuba a través de su historia y su geografía». Díaz-Canel expresó que los intercambios nacionales tienen más visibilidad, son más mediáticos, por quienes están participando, pero eso impulsa, influye y multiplica.

«Nosotros también queremos participar. Nosotros también estamos viviendo y estamos disfrutando de estos encuentros por lo que aportan en lo emocional, en las convicciones, en lo formativo, por la energía que da estar en estos lugares y beber de la sabia de esa historia para las cosas que tenemos que enfrentar hoy».

Agregó que otro elemento fundamental de estos intercambios es analizar qué vigencia «encuentro en cada momento de la historia, qué respuestas encuentro para los momentos actuales, qué tengo que hacer para estar a la altura de esa historia en los momentos actuales y para interpretar bien el concepto de Revolución de Fidel, que una de las cosas elementales que nos dice es tener sentido del momento histórico», señaló.

Díaz-Canel llamó a los muchachos a que se conviertan, igualmente, en un elemento multiplicador de los encuentros en sus colectivos y que como mismo los jóvenes del Minrex quieren aportar con la explicación del tema del bloqueo estadounidense, debe lograrse la participación de otros desde la tecnología, la innovación, la filosofía y el marxismo, la producción de alimentos…, en todos los ámbitos: político, económico y social del país.

¿Qué significa dicha grande?

Visiblemente emocionado, el Presidente recordó lo escrito por Martí en su diario de campaña sobre los sucesos de Playita y pidió interpretar qué «es para nosotros dicha grande, qué es sentirnos felices, qué es sentirnos plenos, en las condiciones actuales con tantos desafíos, con tanta adversidad». Y recordó como hace unos días al rememorar el desembarco de Antonio y José Maceo y otros patriotas por Duaba se reconoce como el honor se enfrenta a la adversidad.

«Yo creo que aquí la dicha crece, se enfrenta a la adversidad y se conecta perfectamente. Eso tiene que ver mucho con la significación y el legado de este momento. El desembarco por Playita significó mucho para las tropas cubanas, porque era ya la presencia de Martí, era el inicio de Martí con su presencia activa en la revolución, en la guerra que él había diseñado, que había programado con una gran dimensión  política.

«Era ya con la presencia de Martí y Gómez y el desembarco anterior, ya los principales jefes de la Revolución, estaban juntos. Eso consolidó la unidad de las fuerzas revolucionarias. Los que tuvieran en algún momento duda de si iba a haber otra contienda, ya estaban los jefes aquí. Eso despertó a las tropas y vimos cómo se fueron incorporando en todas las provincias…», significó.

El Primer Secretario del Comité Central del Partido señaló que en este suceso hay un grupo de valores que trascienden y que están muy presentes. El primero de ellos la fidelidad y argumentó que los patriotas del 11 de abril de 1895 «desembarcaron por fidelidad con la causa de la revolución, con la independencia de Cuba. Tenían eso como un anhelo, pues no habíamos podido lograr la independencia, habíamos tenido una guerra grande que no terminó con victoria, una guerra chiquita que no pudo llegar a ser una guerra grande.

«Y esta era la guerra necesaria para lograr la independencia. Había un compromiso, había un poco hasta de desespero. Era tanto el compromiso, tanta la fidelidad, tanta la lealtad, que es otro valor, con esa causa, que explica la dicha grande. Es un elemento también de compromiso, de cumplimiento del deber. Entonces cómo el compromiso político, el acervo ideológico que uno tiene, se mezcla con las pasiones humanas. Todo ese compromiso, esa fidelidad, esa lealtad y la lucha por la independencia da satisfacción, da felicidad. Y este fue un hecho valiente», apuntó.

Díaz-Canel habló del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, quien honró con dos presencias en este lugar el desembarco de Playita, la última un día como hoy, hace 30 años, cuando a la misma hora, en una noche que, por coincidencia histórica, tuvo condiciones climáticas similares a la de aquel 11 de abril de 1895.

Ese día, el jefe de la Revolución, en la orilla, con las olas llegando hasta sus botas, se quedó varios minutos pensando mientras sostiene entre sus manos la enseña nacional y, como dijo el Presidente cubano, califica el hecho de una proeza extraordinaria.

Díaz-Canel invitó a los jóvenes a leer al diario de campaña del Apóstol y de Gómez, donde se «van a encontrar cosas hermosas» y manifestó que luego de leerlos uno dice: «hay que darlo todo por Cuba». En referencia a la histórica frase del Maestro, con la cual describió el gozo de encontrarse en suelo patrio, subrayó que es una dicha grande tener figuras como Maceo, Martí, Fidel, el Che, Camilo, Frank País, como Raúl…

«Dicha grande por tener esa historia. Dicha grande porque estamos viviendo este momento que es decisivo en el que tenemos que defender la Revolución y el mayor aporte de todas las generaciones que estamos participando en el proceso de la Revolución, es hacerla perdurar con compromiso, con lealtad, con fidelidad y con valentía.

«Hay que ser valientes. Y a nosotros nadie nos puede doblegar. Van a apretar las tuercas del bloqueo, que las aprieten. El pueblo cubano no se va a rendir. Nosotros con nuestro talento, con nuestra firmeza, con nuestra creatividad, con nuestras convicciones y trabajando duro, vamos a salvar la Revolución. Entonces, dicha grande por la Patria, dicha grande por la Revolución, dicha grande por el Socialismo», concluyó.

Foto: Roberto Suárez
 
 
Foto: Roberto Suárez
 
 
Foto: Roberto Suárez
 
Foto: Roberto Suárez
 
 
Foto: Roberto Suárez
 
 
Foto: Roberto Suárez
 
Foto: Roberto Suárez
 
 
 

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