Frederich Cepeda fue seleccionado como MVP de la final. Autor: Tomada del Periódico 26 Publicado: 04/06/2025 | 10:52 pm
Cuando Dennis Laza elevó la pelota por todo el jardín izquierdo, a la altura del octavo episodio, se quebró el último resquicio de esperanza de la afición tunera en la gran final. La bola no solo tomó, en ese instante, el destino de los batazos claves, decisivos, sino que apuntaló firme el primer título de los Tigres en Ligas Élites.
Después del jonrón de Laza frente a los envíos de Alberto Pablo Civil no hubo respuesta posible de los Leñadores para evitar la barrida. Se abría así, de par en par, la senda añorada del campeonato.
Hay hazañas que jamás se olvidan. Y Dennis Laza recordará siempre sus dos proezas vistiendo el traje de los Tigres. La primera, cuando pegó el batazo definitivo y, la segunda, al conectar su cuarto vuelacercas de la final (uno por cada juego). Si su hombrada no tiene ribetes históricos, ciertamente, está muy cerca.
La pizarra del bosque de los Leñadores, no acostumbrada al sello de la derrota en mucho tiempo, marcó con el cuadrangular de marras este miércoles la sentencia definitiva por pizarra de 6-4.
Bien temprano sacaron la escoba los nuevos reyes de la pelota cubana en el partido, quienes rugieron con hambre de título desde el primer inning. No querían los muchachos de Danny Miranda dejar márgenes a las dudas en su estocada final, y mucho menos darles vida a unas hachas escurridizas que, con un ápice de esperanza, hubiesen sido un peligro potencial.
Para ello robaron la arrancada en el cuarto juego a sus rivales. Dos dobletes consecutivos abrieron la pizarra del Julio Antonio Mella. Ronaldo Castillo y Yordanis Samón se combinaron para apuntalar la raya inicial del Tigre.
El abridor tunero, Jesús Enrique Pérez, se sostenía en el montículo, pero, una vez más, Samón castigaba con fuerza en el momento cero. Fue él quien amplió en el tercer capítulo, con cañonazo soberbio al jardín central, la ventaja de los felinos.
La corona de los Tigres tiene inscrito ahora, seguramente, una reverencia mayúscula para Frederich Cepeda. Su labor merece líneas apartes, porque la entrega y su deportividad no conocen límites ni fronteras.
Es un hombre que tiene las puertas abiertas en la gloria de la pelota cubana y, sin embargo, no se cansa de poner en el centro de su vida su gran pasión: el béisbol. Para suerte nuestra, Cepeda está ahí, apostando por darle color a nuestra maltrecha liga.
Este miércoles corrió como un niño que pisa por vez primera un terreno. Corrió, con cada swing, como el ejemplo de pelotero que necesitamos clonar para todas las épocas. Por eso resultó con justicia el MVP (jugador más valioso) de la postemporada. Sus números fueron extraordinarios en el playoff (29-13, 2B 5, HR 1, CI 7), es cierto, pero su liderazgo y grandeza son aún mayores.
El mentor avileño nunca se equivocó cuando apostó por Cepeda como el primer refuerzo de los Tigres. Él sabía que con un pelotero de su calibre en el centro de la alineación tenía todas las cartas a su favor.
Pero Danny Miranda acertó en otras muchas decisiones, como la de poner a abrir el cuarto partido de la final al zurdo Alex Guerra (ganador). Es verdad que el refuerzo espirituano estuvo la mayoría del tiempo sobre un volcán que, sin embargo, nunca llegó a la erupción total. De hecho, las dos anotaciones que le hicieron resultaron sucias.
Del rescate del partido que dio el título a los avileños se encargó Leonardo Moreira, una de las barajas silenciosas muy bien movidas durante la temporada regular por el Director de los Tigres.
A los subcampeones Leñadores de Las Tunas hay que aplaudirlos alto, como merecen los equipos que llevan la unidad como primicia. Nuevamente llegaron a la instancia final, un paso que los confirma como el mejor equipo en el último lustro.
Ciego de Ávila, por su parte, dominó de punta a cabo la 3ra. Liga Élite. El béisbol fue esta vez justo con un conjunto combativo que no salió jamás entre los favoritos precompetencia, y se empeñó en hacer añicos cada pronóstico.
El propio Danny Miranda me dirá sonriente, quizá, un día de estos, «te lo dije». Solo él podía intuir cuando inició la 3ra. Liga Élite, que los suyos «darían la sorpresa». La vida y el béisbol le otorgaron con justicia la razón. Felicidades, avileños.