Davor Ivanovic salió de viaje de negocios a Zagreb, Croacia. Su esposa le coordinó una felicitación por su cumpleaños a través de la radio local. Pero… ¡Sorpresa! Cuando la periodista Barbara Kolar llamó a la habitación, atendió una mujer para decir que Davor estaba en la ducha, y no era precisamente la mucama. Claro, eso se supo cuando el homenajeado tuvo la feliz idea de explicarle a la reportera que la voz femenina que atendió había sido la de su esposa. Solo que la verdadera estaba del otro lado de la línea.