Claustrofobias Promociones Literarias Autor: Juventud Rebelde Publicado: 01/04/2020 | 08:28 pm
Claustrofobias Promociones Literarias sigue estando en el mismo lugar: Aguilera No. 406, entre Calvario y Carnicería, Santiago de Cuba; pero la dinámica ha cambiado desde el pequeño local, en el que prima el color rojo, cerró para el público, hace casi un mes. Se extraña el ajetreo de siempre, allí donde en tiempos «normales» pasan muchas personas a lo largo de una larga jornada, pero la tranquilidad solo es en apariencia, porque Naskicet Domínguez y Yunier Riquenes García, coordinadores del reconocido proyecto, no se han detenido ni un segundo.
«Seguimos enfrascados en nuestros empeños y sueños, lo mismo en las redes que por teléfono o por correo electrónico. Claustrofobias no se detiene ni de día ni de noche. Ni sábado ni domingo. Creo incluso que, desde que apareció la COVID-19, hemos trabajado más, porque ha habido un número superior de mensajes que atender. Y es que el libro y la lectura nos acompañan siempre», le explica a JR desde la distancia Domínguez.
«Son muchas las experiencias que estamos viviendo por las redes. Nadie imaginó que una pandemia empujaría al mundo a pensar, de forma masiva, en las posibilidades del mundo digital. El nuevo coronavirus ha obligado a usar las redes sociales en función de cuidar la vida, prevenir enfermedades, promover la cultura y emplear el tiempo libre en las más diversas actividades. Y Cuba, por suerte, no ha escapado a ese fenómeno. Han cambiado las prácticas, las rutinas. El que tenía dudas del universo digital, imagino ahora piense de un modo muy diferente», enfatiza el informático y diseñador.
Se trata de una práctica que en lo absoluto es nueva para Claustrofobias, centrada en la comunicación y la promoción cultural del libro cubano y sus autores, que ya suma ocho años de existencia. «La comunidad virtual cubana fue una prioridad estratégica para el proyecto, la necesidad de aprovecharla mucho más», explica Riquenes, reconocido escritor y promotor cultural.
Los coordinadores Yunier Riquenes y Naskicet Domínguez. Foto: Cortesía de Claustrofobias
«El trabajo comunitario en Cuba cambió, la promoción cultural también, es decir, qué contenidos gestionamos y posicionamos. Por estos días han aparecido nuevos usuarios que se van conectando y entrando en contacto con nuestros contenidos relacionados con la literatura que se produce en la Isla y sus protagonistas. Nuestro interés es que la gente reciba un mensaje de esperanza con la compañía de los libros. Y eso es lo que continuamos haciendo en nuestra plataforma: que incluye la web, las redes sociales, la radio».
Ha sido este también un momento para incidir en el posicionamiento, actualizar la base de datos, reconoce Naskicet, quien se resiste a dejar de lado la especialidad que tanto estudió. «Por ejemplo, hemos ingresado libros que los lectores pueden descubrir en los libreros de sus casas. Son textos que se publicaron en el país hace un tiempo, pero que tal vez se compraron en medio de la euforia que normalmente despiertan las ferias y luego se olvidaron. Tratamos de mostrarles a los lectores un posible camino, una posible guía de lectura.
En www.claustrofobias.com no nos limitamos a ofrecer información que le puede resultar muy útil a la familia sobre libros de literatura, sino que orientamos acerca de una cantidad considerable de títulos realizados en Cuba de muy diversas materias.
«Como ya se conoce, además de libros, el Anuario de Investigaciones culturales de Santiago de Cuba y periódicos culturales para descargar, también brindamos una guía para la lectura. Hasta la fecha, los usuarios se han interesado especialmente en aquellos volúmenes que reúnen recetas de cocina, los dirigidos a los niños, los de sicología y entretenimiento, los que hablan de plantas y animales..., pero el espectro de Claustrofobias es mucho más amplio.
«Igualmente hemos desempolvado la historia de la revista Zunzún, que por cierto celebra 40 años, describiendo los contenidos de muchas de sus ediciones, a la vez que les rendimos homenaje a Juan Padrón y a Elpidio Valdés», agrega Domínguez.
Fijada para el 31 de marzo, fecha de 1959 en que quedó fundada la Imprenta Nacional de Cuba, a solo tres meses del triunfo de la Revolución, esta vez la COVID-19 se encargó de enturbiar la celebración, lo cual no impidió que Claustrofobias enviara su acostumbrado mensaje. «El año pasado lo dedicamos a la comunidad, recuerda Yunier, mientras que en este 2020 el centro fue la lectura en tiempos de pandemia.
«¿Cuál es nuestra función? Mover información en torno al quehacer de las casas editoras cubanas, editores, ilustradores, diseñadores, escritores, libreros, promotores, bibliotecarios, funcionarios..., dándole valor a la cadena del libro cubano, acompañando a quienes lo viven y lo sueñan.
«Quizá después que transcurran estos días tristes hayamos incorporado nuevas prácticas de uso en las redes sociales y el universo digital para pensar y distribuir el arte y especialmente el libro. Estoy convencido de que la pandemia pasará, pero sería poco inteligente que cerremos y nos olvidemos de las iniciativas para promover la lectura, nuestra mejor aliada no solo cuando sea imperioso aislarse socialmente, sino para toda la vida.
«Retomar el libro que nos marcó la existencia puede convertirse en una experiencia inolvidable: la relectura nos demostrará cuánto hemos cambiado. Las revistas que hemos dejado allí nos mostrarán ahora otros textos que no vimos en su momento... Algunos escritores regalan cuentos en las redes sociales, o el poema del día, sugieren libros con las cubiertas y sus notas. Otros escriben comentarios de textos que han leído. Algunas publicaciones permiten miles de descargas gratis de grandes bibliotecas...», nos asegura el autor de los recientes La edad de las ataduras (Ediciones Áncoras) y Las coincidencias (Ediciones Matanzas).
«Estos días de cuarentena son ideales para probar nuevamente cómo el libro y la lectura pueden acercar a la familia, y cómo mamá y papá pueden conocer mejor a su hijo; hay quienes lo olvidaron y han distanciado a sus hijos con un aparato. Son días para sugerirle a un amigo el libro que se leyó, comentar ciertos personajes, proponer una receta que descubrió o un invento que soluciona un problema en el hogar. Nosotros seguimos confiando en que: “Todo comienza en las páginas de un libro”».