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El privilegio de participar de la cultura cubana

A unas horas de que comience el Segundo Congreso de la Asociación Hermanos Saíz, Juventud Rebelde dialoga con su presidente nacional sobre los debates que han precedido la cita y los desafíos de la organización y de la cultura cubana actual

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Tenía 23 años y estudiaba Licenciatura en Letras en la Universidad Central de Las Villas cuando la Asociación Hermanos Saíz (AHS) lo sedujo. Para ese entonces ya dirigía programas culturales, juveniles e informativos, lo mismo en la CMHW que en Radio Sagua, adonde se llegaba todos los sábados cuando, de camino a casa, se echaba la mochila al hombro y agarraba lo que tuviera a su alcance con tal de llegar a tiempo al momento en el que Mirtha, su madre, servía la mesa para comer en familia, en su Quemado de Güines natal.

La verdad es que si bien Luis Morlote Rivas, desde el 2006 presidente nacional de la AHS, se sentía a gusto asombrándose cada día con los vericuetos de la lingüística, ciertamente lo que más le apasionaba era el mundo de la comunicación. De aquellos años son sus incursiones en la radio universitaria de la casa de altos estudios santaclareña, o su escuchada Fiesta del Guatao, que por un buen tiempo convocó noche tras noche durante un lustro, desde la emisora provincial, a cientos de oyentes de la región central de Cuba.

Todavía hoy muchos quizá recuerden su paso por Haciendo Radio, el estelar informativo de Radio Rebelde, que dirigió por cinco años y que él considera una escuela; o el trabajo que desde el 2007 desarrolla como guionista del programa Paréntesis, del Canal Educativo/2.

Ahora, cuando en cuatro días se celebrará el Segundo Congreso de la Asociación Hermanos Saíz, en medio del ajetreo y del bullicio de la Jornada de la Cultura, en el céntrico Pabellón Cuba, donde tiene su sede nacional la organización, lo he obligado a revisar los preparativos y repasar los temas que estarán a debate en la magna cita, y a conversar sobre sus visiones acerca de los retos de la cultura cubana y de la AHS, que siente como su casa.

—¿En qué radica la utilidad de la Asociación Hermanos Saíz en el entorno sociocultural cubano?

—La Asociación Hermanos Saíz es una expresión concreta de la participación de los jóvenes en la política cultural cubana. Es un espacio de construcción colectiva que ha sido útil en tanto ha canalizado las inquietudes, preocupaciones y necesidades de los más nuevos creadores; y ha sido útil sobre todo porque ha hecho del debate y de la polémica un ejercicio cotidiano. Esa es una posibilidad única, en este convulso planeta,  que tenemos los jóvenes escritores y artistas cubanos de pertenecer a una organización en la que confluyen creadores de todas las especialidades.

«Es algo de lo que a veces no somos conscientes, y que, sin embargo, nos ha permitido pensar la cultura en toda su dimensión, y también pensar la presencia de los más jóvenes en la vida del país, y una prueba de ello es que nuestros debates nunca han sido gremiales».

—Defender el trabajo de los jóvenes artistas pudiera ser entendido como la negación de la obra de las grandes figuras de la cultura cubana. ¿Cómo ha asumido la Asociación ese desafío?

—Nunca hemos pensado la labor de la organización como de confrontación; hemos razonado siempre sobre el hecho de que en el joven movimiento artístico está la continuidad de la obra de los grandes de la cultura cubana. El premio Maestro de Juventudes, con el cual reconocemos el aporte a la formación de las nuevas generaciones de importantes figuras de la cultura nacional, podría servir para ejemplificar la manera en que concebimos ese diálogo intergeneracional. Hemos tenido la suerte de que notables personalidades de la intelectualidad nacional hayan querido acompañarnos en muchos proyectos, y ese encuentro ha permitido una permanente retroalimentación.

«También hemos fortalecido, en todo el país, la relación con la Uneac. Ante los desafíos del presente, de nada serviría andar por separado, divididos en “ellos” y “nosotros”, y desde la Asociación hemos tratado de no fomentar esa visión. Nos toca, sin embargo, como organización de los creadores jóvenes, hablar desde nuestra experiencia y poner sobre la mesa los problemas que confrontamos cotidianamente, muchos de los cuales tienen que ver con las posibilidades y oportunidades de los más jóvenes; otros son más generales.

«Tampoco hemos abordado las problemáticas de la cultura cubana desde una perspectiva generacional, y un ejemplo de ello es que muchos de los debates del Segundo Congreso han girado en torno a temas que nos conciernen a la totalidad de los escritores y artistas; y las soluciones que hemos propuesto, —muchas de ellas, de conjunto con las instituciones—, sirven por igual a todos».

Apuntes para un debate

—¿Qué temas, de los abordados por los asociados en los debates previos al Congreso, merecen ser destacados?

—Como es lógico, se ha discutido, en primer lugar, sobre el funcionamiento de la propia organización. La necesidad de generar espacios de debate permanente en torno a los aspectos que más interesan a los miembros y de lograr que estos se reviertan en acciones de trabajo concreto, a partir de las especificidades de cada territorio. De igual modo, se insistió en que es preciso actualizar el sistema de becas y premios a los que la organización convoca desde hace más de una década.

«Fue planteada la necesidad de que se apoyen desde las instituciones territoriales nuestras jornadas de programación, sobre todo porque estas significan una importante opción cultural al servicio de la comunidad, donde hay que continuar implementando programas conjuntos entre la organización y otras entidades.

«Las transformaciones de la enseñanza artística, y el modo en que los miembros de la Asociación participan de ella, ya sea como parte de los claustros, o como estudiantes, concitó un debate que se centró en los resultados del reordenamiento que se viene realizando en todo el país y en la manera que se ha trabajado de conjunto con los artistas de la Uneac y la AHS, en la materialización de la política.

«En varias asambleas se evidenció que existe un lamentable divorcio entre algunos centros educacionales, especialmente universitarios, y la vida cultural y sus protagonistas en los territorios, lo que limita la influencia del arte y la literatura en la formación de valores en los futuros profesionales. Se insistió, además, en la necesidad de actualizar los planes de estudio con obras de creadores contemporáneos, algunos de los cuales viven en los territorios donde están enclavados esos centros.

«Entre los temas más debatidos estuvo el de la promoción que hacen los jóvenes en los medios del arte y la literatura, así como la insuficiente presencia en ellos de espacios dedicados a la crítica artística y literaria, que sirva para orientar a los públicos. También se discutió con fuerza sobre la calidad de la programación de la radio y la televisión, y el tremendo reto que significa la circulación, a través de soportes digitales, de contenidos audiovisuales que antes estaban regulados por políticas editoriales, y que hoy se pasan de una mano a otra; lo que desde luego hace que se consuman productos de muy baja factura y que no son expresión de los valores que defiende nuestra sociedad. A estos temas se dedicó una sesión especial de trabajo, en la que participaron los directivos del ICRT, en el recién concluido Festival Internacional de la Radio y la Televisión.

«Con mucho énfasis se habló del apreciable retroceso en el gusto audiovisual y musical entre nuestra gente, un fenómeno que no es solo cubano, y también se hicieron propuestas concretas sobre el modo de trabajar para revertirlo en nuestro país.

«Es importante acotar que en nuestros espacios de reflexión no solo se habló de los problemas o dificultades que hoy tenemos; en cada caso se razonó sobre las posibles soluciones, y se hicieron planteamientos que considero son aportes a la hora de enfrentar los retos que tenemos como sociedad en el terreno de la cultura».

—Estos y otros planteamientos y sus soluciones serán la base de los debates del Congreso que tendrán esta semana los delegados e invitados...

—Esos conformarán indiscutiblemente el sustento de los debates de las comisiones y del plenario; pero no se puede perder de vista que el Congreso no son solo las sesiones finales que tendremos entre el 17 y el 19 de este mes. El momento más importante del Congreso, y creo que útil también, ha sido el amplísimo debate que realizamos en las células municipales y en las secciones artísticas en los meses de marzo y abril de este año. La cita de esta semana que ahora empieza, cierra, o mejor dicho, integra un debate que tuvo una expresión elevadísima en las asambleas provinciales del mes de junio, en las que no solo participaron los representantes de las instituciones culturales, sino también las autoridades del Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas y el Gobierno en cada territorio, en una demostración de apoyo y comprensión de las preocupaciones de los jóvenes escritores y artistas, quienes somos parte de este pueblo que trata de construir un país mejor, en el que la cultura puede y tiene que seguir aportando a la calidad de vida de nuestra gente».

—¿Cómo están diseñadas las sesiones finales del Segundo Congreso?

—Esta semana sesionarán las nueve comisiones que el Consejo Nacional Ampliado acordó crear hace justamente un año, luego de que se diera a conocer la convocatoria. Cinco de esas comisiones responden a manifestaciones artísticas, coincidentes con las secciones en la AHS: Artes Escénicas, Artes Plásticas, Literatura y Crítica e Investigación, Música, y Audiovisuales y Promoción Cultural. Estas se desarrollarán en instituciones culturales afines de la capital, como también sucederá con las comisiones que responden a temas comunes: las de la Enseñanza Artística, Economía de la Cultura, Estatutos y Reglamento, y Promoción Internacional de la Cultura.

«La discusión en plenario está concebida para el sábado 19, víspera del Día de la Cultura Cubana, espacio en el que nos centraremos en las relaciones entre cultura, educación y sociedad, y en el modo en que, a partir de la contribución de los jóvenes escritores y artistas, podemos ayudar a la construcción de ese socialismo próspero y sustentable al que nos ha llamado la dirección de la Revolución. También tenemos la intención de razonar sobre el llamado que nos hizo Raúl sobre lo urgente de detener el deterioro de valores morales y cívicos, tarea en la que los escritores y artistas estamos éticamente obligados a participar».

—¿Qué expectativas hay con vistas a las sesiones finales?

—Esas sesiones van a permitirnos integrar los planteamientos, las reflexiones, las propuestas, los acuerdos que hicieron los escritores y artistas en todo el país. Es la posibilidad de que se encuentren casi 300 jóvenes creadores, entre invitados y delegados, que hoy estamos haciendo una obra comprometida con el pueblo, y que juntos pensemos el trabajo de la organización y  nuestros proyectos personales, en función de la colectividad. Y también es la posibilidad de que dialoguemos, escuchemos y nos escuchen los representantes de las instituciones culturales que hoy tienen la misión de garantizar un clima propicio para que nuestra creación se materialice y se ponga en contacto con el público.

Hablando claro

— ¿Están preparadas las instituciones de la cultura para asumir los retos que plantea la creación artística hoy?

—Las instituciones culturales están obligadas a encontrar nuevas formas de relación con los creadores y con sus proyectos. No hacerlo significaría un error de graves consecuencias. Existen hoy prácticas de creación, producción y difusión cultural,  favorecidas por las ya no tan nuevas tecnologías, que han incrementado las posibilidades de crear al margen de la institución, lo cual es mucho más visible en áreas como el audiovisual y la música. A nuevos modos de hacer y gestionar la creación no se puede responder con esquemas preconcebidos o con fórmulas que visiblemente el tiempo ha ido desgastando.

«Ante una literatura y un arte osados se necesita una institución dinámica, capaz de asumir riesgos, dispuesta a dialogar siempre con los creadores y a buscar soluciones con la participación de estos.

«Obviamente, se necesitan también cuadros formados, sensibles, con capacidad para comprender los peculiares procesos de la cultura y de la creación, pero sobre todo dispuestos a escuchar y a proponer nuevos caminos. Al calor de las transformaciones que vive el país es necesario revisar los decretos y resoluciones que han perdido vigencia. Hay que modificar estructuras y mecanismos que constituyen un lastre burocrático y trazar objetivos específicos a partir de un horizonte de resultados concretos.

«Muchos de los problemas que hoy tenemos en el sector de la cultura no están directamente relacionados con la falta de recursos, sino con la pereza y la falta de acometividad.

«Sin duda, es imprescindible una transformación abarcadora dentro del sistema institucional de la cultura, desde la base hasta los institutos y consejos del Ministerio de Cultura, lo cual implica racionalizar y hacer más eficaces las estructuras, y también que se divulguen oportunamente las misiones, objetivos y metas de trabajo, de manera que cada cual haga lo que efectivamente le corresponde. Por su parte, las organizaciones de creadores, la Uneac y también la AHS, deberán mantener una vigilancia cualitativa y seguir alertando sobre posibles distorsiones de la política cultural, debatiendo a fondo los temas más complejos y haciendo propuestas audaces».

—En estos tiempos en que el país trabaja por la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, en el campo cultural se ha polemizado sobre la relación entre economía y cultura...

—No hay que tener miedo a abordar los temas que se relacionan con la economía de la cultura, con la dimensión económica de la cultura; es un terreno amplísimo en el que lamentablemente hemos incursionado con titubeos.

«Hay muchos ámbitos desde los cuales se podrían generar ingresos para el sector que no hemos desarrollado. En este sentido es necesario llevar adelante estrategias propias que respondan a una intencionalidad en concordancia con la política cultural; de lo contrario terminaremos implicándonos en una carrera automática por el dinero, y en materia de cultura, los automatismos se pagan caro.

«Sin embargo, como ha explicado la doctora Graziella Pogolotti, tanto en la educación como en la cultura, la inversión no se recupera de manera inmediata, sino a mediano o largo plazo, y esa recuperación solo suele ser mensurable a partir de valores que se evidencian con el desarrollo de la subjetividad.

«También Ambrosio Fornet ha alertado sobre la posibilidad de que en el terreno de la cultura, replanteos socioeconómicos que tienen como base el principio de la rentabilidad, y la influencia de la lógica del mercado, pueden conducirnos a retrocesos o incluso imponer, a partir de distorsiones, una total desjerarquización de la cultura entre nosotros, lo cual daría al traste con el proceso mismo de emancipación que la Revolución ha defendido.

«No olvidemos que en los años 90, en medio de la crisis del período especial, fue el propio Fidel quien expresó que nuestra cultura era lo primero que debíamos salvar. En la actualidad, como en ese momento, es imprescindible pensar la cultura como principal reservorio de lo que somos. Tiene que quedar claro para todos que defender la cultura es salvaguardar la identidad nacional, por ello es necesario encontrar vías de financiamiento que no atenten contra los valores fundamentales que la sustentan».

—En las asambleas de la AHS, en casi todas las provincias, se debatió también sobre los gustos y, por supuesto, de los modelos de éxito de nuestra juventud. ¿Cómo se piensa o se trabaja este tema desde una organización de jóvenes creadores?

—Los espacios y jornadas de programación de la AHS, fundamentalmente los que se desarrollan en las Casas del Joven Creador, promueven de manera cotidiana lo mejor y más alternativo del quehacer de la novel generación de escritores y artistas. Esas creaciones, que distan mucho de las que habitualmente se difunden a través de los grandes medios y, lamentablemente, también a veces en los nuestros, están sustentadas en la tradición cultural cubana y  al mismo tiempo, comunican un permanente espíritu de renovación que es ajeno a fórmulas comerciales prefabricadas.

«La sola existencia de esos creadores justifica la presencia de una organización como la nuestra, pues lo que hace la Asociación es justamente visibilizar todo ese talento y tratar de que llegue al público, fundamentalmente a los más jóvenes, de manera que podamos ofrecerlo como alternativa a la banalidad que imponen las industrias del entretenimiento.

«Constituye nuestra tarea construir y presentar modelos de éxito vinculados al talento, a la inteligencia, al conocimiento, a la sedimentación cultural, a la capacidad de participar y con ello de transformar. Y es que la noción del éxito en el socialismo tiene, necesariamente, que estar asociada a los mejores valores del ser humano, a la ética, que para los cubanos está encarnada en el pensamiento de José Martí, y también a la belleza».

Con la vista en el horizonte

—Se ha hecho un amplio trabajo durante la preparación del Congreso, que  ha permitido conocer las opiniones e inquietudes de sus miembros. Una vez concluido el evento, ¿cuáles son los retos inmediatos que tiene la Asociación?

—Como bien dices, el Congreso ha permitido hacer un diagnóstico y conocer lo que esperan los jóvenes escritores y artistas de su organización. Ahora la dirección, renovada a todos los niveles, poniendo a participar a la mayor cantidad posible de creadores, tiene que trabajar en profundidad, sin apresuramientos, pero diligentemente.

«Hoy la organización tiene que atender con urgencia proyectos de creadores muy jóvenes que han comenzado a llegar a ella con nuevos lenguajes y otras maneras de hacer; pienso, dentro de las artes visuales, en el arte digital; o en el movimiento de disjockey en el caso de la música, o en la realización audiovisual, ahora mayoritariamente hecha al margen de la institución.

«Nuestra organización tiene que tener capacidad de respuesta ante los proyectos de los creadores, y cuando no las tenga, porque esos proyectos sobrepasan las posibilidades de una organización de creadores, tiene que poner frente a las instituciones culturales a esos creadores y sus proyectos, llamar la atención sobre ellos, y exigir una atención expedita.

«En medio de la confusión que reina, en buena medida por el modo en que las nuevas tecnologías han “democratizado” la difusión de productos culturales o de ocio y con ello han subvertido las jerarquías, es más importante que nunca que la Asociación continúe trabajando con lo que tiene más calidad, sin hacer concesiones, no importa de dónde provenga: con expresiones emergentes y alternativas, y con los egresados del sistema de enseñanza artística, adonde definitivamente la Asociación Hermanos Saíz tiene que llegar con toda su fuerza».

—¿Qué experiencias deja estar más de 15 años en la AHS?

—A la Asociación, en Santa Clara, llegué accidentalmente, motivado por la posibilidad de participar en los espacios de confrontación que desde el audiovisual existían en ese momento, auspiciados por la propia organización. Pude darme cuenta, entonces, del extraordinario caudal de talento joven que, reunido en torno a la AHS, soñaba y buscaba soluciones para la creación y para conectar con el público.

«A veces, con muy pocos recursos, desde la propia Casa del Joven Creador se articulaban espacios de confrontación auspiciados por la editorial Sed de Belleza, y eventos como el Festival de la trova Longina, o el Ciudad Metal de rock, que luego se han convertido en verdaderos referentes en la promoción de cultura más alternativa. Indiscutiblemente esas posibilidades me fueron enamorando, a tal punto que desde entonces la Asociación ha marcado cada minuto de mi existencia y la de mi familia.

«Por supuesto que han sido años de intenso trabajo, de aprendizaje y de crecimiento, que me han dado la posibilidad de conocer a figuras prominentes de nuestra cultura, los que han apoyado nuestro trabajo con total generosidad.

«Participar de la cultura cubana, desde la Asociación Hermanos Saíz, ha sido un privilegio extraordinario que me ha permitido compartir con creadores muy talentosos de mi generación, que siguen haciendo su obra desde el compromiso con su tierra y con su gente».

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