Gerardo Alfonso enfrenta el acto de crear como un ciclo sin fin. «Termino una gran obra, bajo del pedestal, me pido el último a mí mismo y empiezo otra vez», dijo a este diario. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:30 pm
Un rompecabezas de hombre escribe su historia. El éter controla su mano y la letra, la música y la rebeldía de sus drelos confluyen en la creación de un cancionero y una autobiografía.
Gerardo Alfonso presentará dos libros suyos en concierto, este viernes 15 y el venidero 19 de febrero, en la Casa de Las Américas y en Morro Cabaña, a las siete y a las seis de la tarde, respectivamente.
El cantautor seleccionó las letras de esos desgarramientos suyos y las incluyó, desde la ingenuidad de la primera hasta las del 2012, en Sábanas blancas y otras canciones de antología, un libro editado por Extramuros.
«Hacer canciones —comentó a este diario— es como hacer cuquitas: tienes que doblarlas para que queden bien ajustadas al cuerpecito, cortar como un sastre».
A diferencia de esta compilación, el trovador considera a Son los sueños todavía como un texto anecdótico, histórico, reflexivo sobre lo que nos circunda, contado a través de sus propios pasos.
En esta publicación —de la organización alemana de solidaridad con la Isla Cuba sí— Gerardo Alfonso refleja su actitud ante la vida, la patria, la libertad… y la solidaridad como condición del hombre o de la inercia.
«Quería tener un testimonio lo más sincero posible, un pedazo de historia contada por mí», apuntó el hijo de una generación bohemia, de jóvenes que en las noches se enamoraban y tocaban sus guitarras en los parques.
Las fotos, en ambas ediciones, refuerzan el relato de cada época, y más allá de ver la literatura como un escenario artístico nuevo, el autor se propone indicar las ideas que no caben en una canción, y mostrar que existen más canciones que sábanas blancas colgadas en los balcones, metáfora de La Habana que inmortalizó un tema suyo.