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¿Cuál es el premio del Premio?

Casi cinco años después de aplicarse una resolución ministerial sobre la bonificación del índice académico por investigaciones científicas y exámenes de premio, no pocos estudiantes y profesores universitarios aseguran que no ha tenido el éxito deseado, incluso, ha disminuido la participación en esos cruciales aspectos

Autores:

Odalis Riquenes Cutiño
Yuniel Labacena Romero
Dorelys Canivell Canal
Lisandra Gómez Guerra

¿Cuál es el premio del Premio? La pregunta es común entre los estudiantes de las universidades del país, al referirse a los resultados de la aplicación de la Resolución 129/2014 del Ministerio de Educación Superior (MES), que estableció una serie de cambios al sistema de bonificación del índice académico por concepto de investigaciones científicas y exámenes de premio, y además, el Premio al Mérito Científico como incentivo a los recién graduados.

Durante las sesiones del 9no. Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), desde la brigada hasta el nivel de universidad, fueron muchos los que abordaron en sus asambleas la urgencia de revisar esa Resolución, cuya entrada en vigor significó que a los estudiantes se les dejara de cuantificar en el índice académico aquellos puntos que acumulaban a lo largo de la carrera por resultados en eventos científicos y exámenes de premio.

Los criterios fueron diversos y polémicos. Ricardo Garnier García, quien acaba de graduarse de Filosofía Marxista Leninista, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Oriente (UO), y quien en los primeros años de la carrera tuvo la experiencia de la bonificación cree que la Resolución no es motivacional.

Sostiene que hoy sus colegas no están tan interesados en obtener el Premio al Mérito Científico, pues no la ven como un reconocimiento. «Solo trae un diploma de la rectora, pero ninguna ventaja para el recién graduado. Un estudiante merecedor del Premio al Mérito Científico se supone que es alguien con logros en la investigación, pero en la práctica ni siquiera se le da una ubicación laboral acorde a su desarrollo como investigador».

Luis Alberto Díaz Pérez, estudiante de 4to. año de Licenciatura en Economía de dicha institución, cree que no todos los educandos desde los primeros años tienen dominio sobre los eventos que tributan a la Resolución para el otorgamiento del Premio, sino solo los que se interesan porque optan por él.

«Se debe bajar un poco el peso de los exámenes de premio y subir el de los eventos y considerar también los de Facultad. El Premio es más bien moral, porque no tiene ningún respaldo ni ninguna ventaja. Y eso ha llevado, por ejemplo, a que en los últimos años haya disminuido la presentación de los estudiantes».

De acuerdo con Laura Concepción García, quien hace solo horas defendió su tesis de Licenciatura en la especialidad de Marxismo-Leninismo en la Universidad de Sancti Spíritus José Martí, el tópico precisa un abordaje con mucha claridad. «Los propios dirigentes de la FEU o de la UJC que por responsabilidades se ven precisados a faltar a clases podían elevar sus índices académicos. Era como un respaldo que se tenía y te alentaba a asumir cargos», considera.

Evelio César Pérez Expósito, alumno de tercer año de la especialidad de Lenguas Extranjeras en la misma casa de altos estudios, opina que no cree necesario que exista la bonificación, pero sí mantener con resultados concretos lo estipulado a las personas que reciben el Premio al Mérito Científico. «Si has dedicado tus cinco años de estudio a realizar investigaciones con resultados, ello no puede pasar inadvertido al graduarte. De ocurrir así, te desencantas».

A sus criterios se une José Ángel Castañeda, estudiante de 2do. año de Derecho y presidente de la FEU de la Universidad santiaguera, quien añadió que su centro adecuó la resolución ministerial de acuerdo a sus características. «No pocos muchachos consideran insuficientes los eventos que tributan a la bonificación, pues muchos que cualitativamente tienen condiciones para merecer el Premio, cuantitativamente no cumplen la bonificación de 50 puntos necesarios.

Y LOS ESTÍMULOS, ¿DÓNDE ESTÁN?

Aunque las autoridades del Ministerio de Educación Superior explicaron a este diario que no darán respuesta sobre el tema hasta la sesión final del Congreso, en el trabajo Para no mover el índice, publicado por este diario el 28 de enero de 2015, el Doctor José Saborido Loidi, entonces viceministro primero de Educación Superior, y hoy al frente de este Ministerio, explicó que la Resolución 129/2014 es considerablemente más justa y flexible para los estudiantes que la anterior, incluso en las decisiones que se pueden tomar desde las universidades.

Con la entrada en vigor de esa norma se tienen en cuenta los eventos científicos y los exámenes de premio, en un índice separado del académico, y en función de este se entrega, al final de la graduación, el Premio al Mérito Científico, el cual tiene en cuenta las dos categorías. En tal sentido Saborido Loidi explicó, en ese entonces, que la norma tenía más posibilidades y formas de reconocimiento.

«El Premio lo otorga el Rector del Centro de Educación Superior, previa consulta con la FEU, a partir de un análisis casuístico de las características de los educandos de cada carrera y año», añadió, y agregó que el muchacho que egresa de nuestras universidades puede ser Título de Oro y además obtener su diploma acreditativo de Premio, que lleva en sí su entrega, esfuerzo y dedicación y cumple con los objetivos formativos del sistema educacional.

A juzgar por los debates del 9no. Congreso es escasamente conocida la letra del texto a casi cinco años de su aplicación. En las 39 universidades no existe una escala igualitaria en todas las provincias y en todos los centros no se cumple de la misma manera, algo que reclaman los estudiantes. El tema de quitar la bonificación sigue preocupando, sobre todo el artículo que refiere entre las formas de estimulación la oferta de cursos de posgrado y el otorgamiento de becas.

En tal sentido la santiaguera Lilia Lorena Suárez, responsable de la actividad científica del consejo de la FEU de la Universidad de Ciencias Médicas, apuntó que una bondad que tenía el Premio era la posibilidad de otorgamiento directo de especialidades y en este momento no sabemos si se mantendrá.

«Aquí se tiene en cuenta para la estimulación la cantidad de puntos científicos, de los exámenes de premio y las publicaciones. Son cien puntos: 80 puntos a la escala científica, 20 a los exámenes de premio y una o más publicaciones científicas. El tema de las publicaciones está deprimido y los estudiantes no cuentan con más alternativa que publicar en revistas de profesores donde tienen que ponerlos como primeros autores y ellos escalonarse para poder acceder al premio», expresó.

Zuniel Jhonson, presidente de la FEU de la Universidad de Ciencias Médicas, explicó que una de las grandes preocupaciones de su centro en este tema es la falta de reconocimiento que tiene este premio. «Se habla de una posibilidad de formación doctoral, de una propuesta de superación posgraduada, pero eso es algo que no se está materializando y que cada universidad hace a su modo.

«Otro tema es la posibilidad que se tenga en cada provincia para la superación. Se debe establecer una directriz a nivel nacional. En cuanto a los parámetros, el Premio debe ser el reconocimiento al que se haya esforzado, no puede ser que a un estudiante, después de seis años en una carrera, se le otorgue el premio por tres trabajos científicos. Hay algunas universidades que establecieron solo 30 puntos y nosotros cien», detalló.

Jhonson añadió que se ha reducido la participación estudiantil en los exámenes de premio y hay también desmotivación por los aportes científicos. «Es necesario revisar el tema del puntaje, los que llegan a esa puntuación son realmente los excepcionales, los que se merecen el premio. A lo mejor lo más necesario no es bajar la puntuación, sino perfeccionar el reconocimiento del premio, otorgar la especialidad nunca va a ser el premio del Premio, pues si tú eres alumno ayudante de Cardiología durante seis años, nadie te discute esa especialidad.

Yansel Fernández Díaz, estudiante de tercer año de Medicina, consideró que está muy bien que no se lleven al promedio los puntos por investigaciones y eventos, «pero si uno obtuvo el Premio al Mérito Científico, sería oportuno que se le ofreciera, además de las maestrías y cursos o becas que pudieran existir, o la verticalización en el caso de la carrera de Medicina, la posibilidad de formarse como docentes para este tipo de escuelas en las propias asignaturas básicas».

A este fenómeno no escapa la Universidad de Ciencias Médicas, de Sancti Spíritus, donde Beatriz Concepción Yero, quien culmina su quinto año en la especialidad de Medicina, cuenta que ha sido imposible cumplir con los beneficios que expresa el documento legal en relación con el Premio al Mérito Científico. «Quizá el Premio pudiera garantizar que el egresado matricule de forma directa en la especialidad que desee, aunque no sea necesidad del territorio, como ocurre hoy», sentencia.

En la misma universidad de Beatriz cursa estudios Aliandys Lazo Otero, en tercer año de la especialidad de Estomatología. Tanto a él, como al resto de la matrícula de esa carrera no les preocupa la erradicación de la bonificación de los exámenes de premio, aunque sí que se le exija a los responsables por cumplir lo referido al Premio de Mérito Científico. «Creemos que como está ahora es más justo, pues tienes un índice académico real.

«Pese a ello tenemos una gran insatisfacción con el cumplimiento de lo referido al Premio, ya que se dice que tienes oportunidades de continuar los estudios con diplomados, maestrías o especialidades, y cuando te gradúas ello no ocurre. Incluso, cuesta mucho alcanzar la categoría de Joven investigador, algo que debería venir al recibir dicho reconocimiento, tras cinco años de entrega y sacrificio y, como resultado de un proceso de selección transparente. ¿Qué reconocimientos tienes, entonces? ¿Un papel? ¿El aplauso y la admiración de tus compañeros? Estos son importantes, pero se precisa garantizar las condiciones para seguir investigando, porque al final aportamos a la ciencia de este país».

EN BUSCA DE LA EXCEPCIONALIDAD

Con esas y otras interrogantes en la agenda llegamos hasta la Comisión Organizadora Nacional del 9no. Congreso de la FEU. Dayan González Ramírez y Andry González Pacheco, quienes atienden Docencia e Investigaciones, confirmaron a Juventud Rebelde que efectivamente la Resolución 129/2014 del MES, en especial lo relacionado con el Premio al Mérito Científico, está entre los temas más debatidos por los estudiantes en el proceso del congreso.

González Pacheco explicó que los estudiantes se pronunciaron por el perfeccionamiento de la Resolución, y la inclusión de eventos que se realizan desde la FEU y la institución, como es el caso de los festivales de la clase Félix Varela. «También destacaron que los eventos de las carreras y las facultades no tributan al Premio y tampoco se tiene conocimiento claro de la estimulación que da obtener el Premio.

«Igualmente solicitaron que se tengan en cuenta, para la entrega del Premio, los eventos nacionales o internacionales que no se encuentran acreditados», apuntó el dirigente estudiantil, quien adelantó que ya la FEU ha trabajado, de conjunto con el MES, para modificar la Resolución existente, lo que debe presentarse en las sesiones finales del 9no. Congreso, previstas del 6 al 8 de julio próximos.

En consonancia con ello González Ramírez recordó que el Premio tiene como fin incentivar la investigación y estimular a los estudiantes que se destacan en esta actividad, y que por ello el centro de las opiniones ha estado también en proponer nuevas restructuraciones en cuanto al puntaje necesario para alcanzar el Premio, teniendo en cuenta la reducción a cuatro años de más de 70 carreras hasta el momento.

«Para solucionar muchos de los planteamientos de nuestros muchachos es necesario un correcto funcionamiento de los Grupos Científicos Estudiantiles y estrechar la relación entre la FEU, la universidad y los futuros centros empleadores, con el objetivo de vincular a los estudiantes a los proyectos investigativos de los departamentos docentes y las empresas que emplearán a los profesionales que se forman en las universidades», dijo.

Como ellos, no pocos entrevistados por este diario, especificaron que considerarían un retroceso sumar puntos al índice académico, como ocurría antes, aunque señalan debe estructurarse una política que reconozca el mérito del que investiga, algo de lo que piden un pronunciamiento del próximo congreso, con pautas o políticas nacionales que tributen a que las universidades tengan una mejor coherencia en la aplicación de lo establecido. Se trata de implementar una norma que sea realmente justa y premie la excepcionalidad y, sobre todo, que garantice verdaderamente que lo acordado no sea letra muerta.

Lo que dice el profe 

Un grupo de profesores de diversos territorios del país dieron sus criterios también sobre la mencionada Resolución ministerial. Ariadna Silva Arocha, profesora de la Facultad de Ciencias Técnicas y Empresariales, asegura que en la Universidad espirituana no en todos los casos se ha cumplido con esta norma.

«Supuestamente te avala la matrícula a opciones de superación, pero por ejemplo, recientemente se cerró aquí la Maestría en Ciencias de la Educación y nadie tuvo la visión de pensar en aquellos estudiantes que recibieron el Premio. Debemos, como institución, garantizar que se supere constantemente ese recurso humano que formamos», refirió.

Esta docente ha sido testigo de cómo los niveles de asistencia a los exámenes de premio han disminuido, ya que solo optan por ellos quienes aspiran a mantener una mayor integralidad. «Prácticamente van porque les insistimos, y así no se puede lograr un resultado satisfactorio a largo plazo», concluyó.

Rosa María Pérez Silva, directora de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad de Oriente, explicó que en esa universidad existe una resolución rectoral que estable el procedimiento y el listado de eventos identificados para el otorgamiento, tanto internacionales, nacionales, territoriales y algunos municipales. La valoración se hace de manera integral, y pesa mucho el que los estudiantes estén vinculados a grupos científicos estudiantiles asociados a proyectos de investigación, algo que se ha potenciado, sobre todo, después del proceso de integración de las universidades.

Explicó que los exámenes de premio también se tienen en cuenta, aunque admitió que ha disminuido la participación de los estudiantes en este ejercicio, tal vez desde la concepción de que ya no aportan puntos al índice académico. Igualmente cuentan las publicaciones científicas. Añadió que todavía existe desconocimiento entre los estudiantes sobre el procedimiento, algo que debiera hablarse más desde el nivel de brigada.

Pérez Silva dijo que se está trabajando en crear un sistema para el otorgamiento de becas y maestrías a los graduados que sean merecedores del premio, pero aún no se ha materializado. «Una vez que salen, que egresan, esos estudiantes entrenados en la actividad de investigación, excepto los que se quedan trabajando en la universidad, se rompe el vínculo con ellos».

Al respecto, la Doctora en Ciencias Maricela González Pérez, vicerrectora de Investigación, Informatización y Posgrado de la Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca, consideró que «la resolución anterior se corrompió por el camino, y se empezó a bonificar por todo lo que hacía el estudiante. Realmente no se estaba promoviendo una mayor investigación científica. No soy del criterio que había más investigación científica estudiantil con la resolución que bonificaba que con la que hay ahora.

«En el caso de nuestra universidad ha sido ascendente la participación de los estudiantes en los eventos, y los resultados han sido superiores a los de hace seis o siete años, y para poder obtener resultados superiores hay que tener una buena investigación, porque son certámenes muy competitivos.

«Ver los índices por separado permite hacer un análisis sobre cuál es realmente el aprovechamiento docente del estudiante y, además, verificar cómo está en términos del desarrollo de habilidades investigativas. La resolución es general, y hay que adecuarla al contexto de cada centro. Y ahí, en la interpretación que cada centro ha hecho están las grandes diferencias entre una institución y otra», lamentó.

Similar criterio compartió la doctora Odalys Orraca Castillo, decana de la Facultad de Ciencias Médicas Ernesto Che Guevara de la Serna de la Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Río: «Hubo un momento en el que se distorsionó la idea de lo que es investigar, y entonces eran los mismos estudiantes en los mismos equipos. Además, esa bonificación no nos da la medida de que sea un mejor estudiante, porque todos no tienen las mismas habilidades ni las mismas posibilidades para investigar».

Soleidy Rivero Amador, Doctora en Ciencias y vicedecana de Investigación y Posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UPR, señaló que en sus estudiantes se evidencia desmotivación hacia la investigación comparado con años atrás, pues al saber que no bonifica su índice académico, la participación ha disminuido.

Por su parte, Lisett D. Páez Cuba, vicedecana de Investigación y Posgrado de la Facultad de Humanidades, sostuvo que la participación del estudiante en la investigación depende del clima de la facultad, de su aspiración y empeño de participar en eventos científicos: «No obstante, desde mi punto de vista, sería un retroceso derogar la resolución anterior, que fue un logro también de la FEU».

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