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Procedentes de varios municipios, los jóvenes santiagueros se sumaron al empeño de construir unas 800 viviendas. Autor: Odalis Riquenes Cutiño Publicado: 03/04/2018 | 08:46 pm
SANTIAGO DE CUBA.— Con el privilegio de custodiar las cenizas y ejemplo de Fidel y su valerosa historia como acicate, los nuevos santiagueros se empinan sobre su tiempo y derrochan esfuerzos en escuelas, fábricas o comunidades en pos del desarrollo económico y social de un Santiago que se transforma y escribe con trabajo las páginas de su presente.
Así, activos, en el centro del quehacer de una provincia que hace, y mucho, por el bienestar de su gente, los sorprende este 4 de abril. Veneran con cariño el pasado que los trajo hasta aquí; aportan, con los bríos de sus años en los más diversos sectores y retan, de frente, los enormes desafíos que aún tienen por delante.
Intentar glosar sus empeños de hoy, es como hacer una selfie al compromiso, ese que es parte de la vida de las nuevas generaciones de cubanos.
Brazos jóvenes de toda la provincia en intensas jornadas de trabajo voluntario han contribuido a transformar un campo cubierto de marabú, en el reparto Aeropuerto, del montañoso municipio de Segundo Frente, en una nueva comunidad que llevará el nombre de 4 de Abril.
El sudor de estudiantes, noveles campesinos, obreros y artistas se mezcló desde los cimientos, allí, donde se levantan en una primera etapa 50 nuevas viviendas, 40 de ellas de tipología cuatro (mampostería, madera y cubierta de zinc) y diez del sistema constructivo Sandino, que beneficiarán a igual número de familias y unos 200 habitantes del Consejo Popular Mayarí Arriba, en su mayoría trabajadores destacados.
Así se suman los bisoños al empeño santiaguero de construir unas 800 viviendas de esta tipología constructiva en zonas del Plan Turquino —que ocupa el 65 por ciento de la geografía del oriental territorio y de donde se extrae el 70 por ciento de todas sus producciones agropecuarias—, bajo el propósito de elevar la calidad de vida de las alrededor de 218 000 personas que las habitan.
Felices por contribuir a llevar la mejoría, el bienestar hasta sus barriadas, distantes del centro de la Ciudad Heroica, los nuevos santiagueros son también protagonistas del Santiago Arde, renovador movimiento que promueve el trabajo integrado de organizaciones de masas, entidades, organismos y los propios pobladores, en pos de la renovación constructiva que haga agradable el entorno y eleve la calidad de vida en repartos y poblados.
Desde que la revolucionaria antorcha, símbolo del Movimiento, llegó por ejemplo hasta el poblado de Boniato, el aporte de los bisoños no ha parado. Con sus comités de base al frente, los fines de semana, los muchachos de entidades como las cooperativas Domingo Hernández y Roberto Macías son parte de la ejecución de una treintena de obras que incluyen mercados, restaurantes, viviendas…
El ímpetu transformador es similar entre los alumnos de la ESBU Willy Varcárcel y la CCS Israel Reyes, o los jóvenes trabajadores del Inder, cultura y la alimentaria de El Cobre. Unidos, cada uno desde sus entidades, cuenta con emoción Yudith Pineda Leira, secretaria de la UJC en el distrito René Ramos Latourt, se involucran en la rehabilitación de locales o la construcción de nuevos centros de servicios y recreativos, entre los que se cuentan cremería, dulcería, un cine con 3D, una nueva sede para la Steel Band, y muchas otras novedades.
Chicharrones, el Micro Uno B del Centro Urbano Abel Santamaría, Van Van y los Cangrejitos; también el Caney, El Cristo, el Consejo Popular José Martí Sur y los repartos Altamira y Micro Tres del Centro Urbano Abel Santamaría, saben del fuego transformador que les regalan mercados ideales y agropecuarios, cremerías, gimnasios biosaludables, parques infantiles, clubes de computación y áreas con conexión wifi.
Con el esfuerzo de todos, incluidos los bisoños, crece la laboriosidad y se responde al llamado del General de Ejército Raúl Castro de convertir a Santiago en una urbe cada vez más bella, higiénica, ordenada y disciplinada.
