Atractivo resulta para los jóvenes el proyecto Delta, una manera peculiar de vincular ciencia y humor. Autor: Cubadebate Publicado: 21/09/2017 | 07:01 pm
Tras un mes ausente, la peña semanal reconocida por su manera peculiar de vincular ciencia y humor, el proyecto Delta, recomenzó la pasada semana con la celebración de su cuarto cumpleaños. Así se mantendrá durante los próximos meses: cada viernes a las ocho y media de la noche, en el cine Riviera del Vedado capitalino.
Delta tuvo sus orígenes en las peñas humorísticas mensuales de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana (Matcom), creadas por Luis Silva, Jorge Bacallao y Fernando Rodríguez. Con el tiempo, estas alcanzaron tan altos niveles de popularidad entre la comunidad universitaria que decidieron llevarla a los cines.
El proyecto se ubicó los sábados en el cine 23 y 12, con un promedio de 20 personas por espectáculo. Actualmente, luego de haberse mudado a la Rampa, y de ahí, al Riviera, reúne alrededor de 200 espectadores por función.
«El objetivo de Delta es brindar información científica real de una manera graciosa. La gente va a la peña, se divierte, bromea y manda papelitos, pero después, cuando llegan a casa, sin darse cuenta cómo, saben que Antar es uno de los cuerpos celestes más grandes de la galaxia, que existen los premios Ig Nobel, que hay personas que han cogido un Nobel y un Ig Nobel y así… Porque intentamos ofrecer datos reales pero creativos, originales, distintos», nos explicó Amalia Marcheco, recién graduada de Ciencias de la Computación y miembro del proyecto.
Para ello la peña incluye varias sesiones con Fernando Rodríguez, profesor de Matcom y creador de Delta, como conductor principal sobre el escenario, y David Darias, cibernético graduado de esta facultad, como interlocutor virtual en la pantalla, quien transmite desde una cabina. Además, por allí han desfilado Eduardo del Llano, Jorge Bacallao, Ernesto Altshuler y Kike Quiñones, en la sesión de invitados.
Entre los momentos más divertidos en las peñas de la facultad estaban aquellos en los que los presentadores interrumpían sus intervenciones para leer papelitos con mensajes que les tiraban desde el público. Al empezar en los cines, programaron un sistema a través del cual las personas se conectan a una red wifi para enviar mensajes con una identidad secreta. Ahora los mensajes a veces son leídos y otras veces aparecen en pantalla, formando parte de la dramaturgia.
Porque uno de los atractivos es convertir a los espectadores en nuevos actores que, muchas veces, protagonizan los momentos más divertidos de la noche. En función de ello, cada espectáculo incluye dos preguntas a los asistentes, y las respuestas más aceptadas por el público son premiadas. Además, se da un premio al mejor mensaje de la noche.
Sin embargo, toda esta descripción no basta para conocer los atractivos de esta iniciativa. «Para entender el proyecto Delta tienes que ir al proyecto Delta. Hay cosas que simplemente no se pueden explicar», señaló Amalia y dejó la invitación abierta a una propuesta provocadora. Tal y como dice su slogan: Delta es un espacio para el «sexo intelectual» con la tecnología.
La trampa tras este slogan está en el cartel que promociona sus presentaciones y esa es la mejor invitación: Sea cual sea tu SEXO y edad, podrás disfrutar de un espectáculo humorístico concebido para el esparcimiento INTELECTUAL, la reflexión y la risa. Hora y media de entretenimiento CON TECNOLOGÍA, ciencia y buen humor. ¿Encontraron las mayúsculas?