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Matanzas.— ¡Fidel, Fidel, Fidel..!, fue lo único que se escuchaba tras un silencio espantoso en el centro histórico de la ciudad de Matanzas, donde una multitud rindió postrero tributo a quien vive en el futuro de los cubanos.
El cortejo fúnebre con las cenizas de Fidel entró en suelo matancero pasadas las once de la mañana y desde el poblado de Ceiba Mocha hasta San Pedro cientos de miles de matanceros se agrupaban a la orilla de las calles con banderas cubanas y del 26 de Julio; los militares saludaban, la gente se emocionó ante el paso de la caravana.
Como un tigre repetido la caravana iluminó la calzada de Tirry, donde tras un ventanal estaba la autora de Canto a Fidel, una Carilda Oliver Labra conmovida; luego pasó frente a la Escuela de Responsables de Milicias: Nelson González García, coronel retirado y miembro de aquella fuerza de jóvenes, mostró su sentir y recordó sus conversaciones con Fidel, quien se interesaba por detalles de los combates en Playa Girón.
En Coliseo el cortejo cruza ante el Monumento que recuerda la gesta independentista. En este territorio se desvió hasta Cárdenas, donde en aquella ocasión Fidel rindió homenaje a José Antonio Echeverría en su casa natal y posteriormente colocó una ofrenda floral en el panteón familiar del líder estudiantil en el cementerio local.
En Colón el cortejo avanzó cerca de la casa natal de Mario Muñoz, el médico del Moncada… a cada paso los matanceros mostraban respeto y compromiso con el futuro de nuestro país.
Por muchos años los matanceros recordarán este suceso, este tributo al hombre de la generación que no dejó morir al apóstol en su Centenario.
