En su casa, Arelys Sánchez Díaz, junto a su mamá María Elena, su hija Jelena Loraine y su abuelita Olga Rodríguez, muestran la carta y la postal. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 21/09/2017 | 06:35 pm
Camagüey.— Transcurría los primeros días del mes de enero de 2002 cuando la jovencita Arelys Sánchez Díaz decidió escribirle una carta a quien consideraba un padre especial, para pedirle que la acompañara en las fotos de sus quince, que los cumpliría el 18 de abril de ese mismo año.
El padre a quien le pediría singular regalo la joven agramontina era el líder Histórico del la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. «Le dije a mami que mi deseo era tirarme una foto con el Comandante, y que le escribiría una para carta para contarle de mi sueño», expresó la muchacha, ahora una joven madre de 29 años de edad.
La familia, emocionada por la resuelta voluntad de la quinceañera, se hizo cómplice, y en horas la idea tomó forma en una misiva que escribió Arelys, por entonces pionera de la escuela secundaria básica Esteban Borrero, de esta ciudad.
La joven camagüeyana, quien vive en calle H, número 10, entre Palomino y Teniente Lebredo, del reparto Juanito, en Camagüey, dijo a JR. «Hice un borrador que le di a leer a mi mamá María Elena, a mi papá Idilio, y a mi abuelita Olga. Y todos se pusieron muy contentos por lo que el papel decía», recordó Arelys, quien estudió técnico medio en Contabilidad.
«Le puse quién era yo, dónde estudiaba y vivía, que era de una familia humilde y que tenía un sueño, el cual quería que se hiciera realidad en la fiesta de mis 15 años: tirarme una foto con usted, Comandante Fidel», subrayó.
Explicó Arelys que su misiva fue corta y que, incluso, justo antes del final, puso: «espero que se haga realidad mi sueño, pues usted es el padre de todos los niños cubanos».
La correspondencia dirigida al líder histórico fue remitida al Consejo de Estado. Los días pasaron no sin antes Arelys albergar una ilusión, que muy pronto encontraría respuesta, justamente en la puerta de su casa.
Tesoro a domicilio
Justo el 12 de febrero de 2002, en horas de la tarde, Arelys estaba en el patio de la morada de su abuela, muy cerca de su casa, cuando escuchó al cartero preguntar insistentemente por ella. «Me asomé a través de la ventana del portal y observé que, aunque mi abuela estaba allí, el cartero no le entregó la carta.
«Cuando salí me dijo: “Niña, mira que eres importante. Este sobre es para ti y debo entregártelo personalmente, pues viene del Consejo de Estado”. En ese momento el corazón se me agitó, luego le enseñé mi carnet de identidad y le firmé su recibo de entrega», rememora emocionada.
«Mi abuelita enseguida se dio cuenta que era la respuesta de Fidel, pero yo estaba tan nerviosa que tuve que sentarme y tomarme un vaso de agua para poder leerla con calma y varias veces.
«La carta, aunque llegó en febrero, está fechada el 25 de enero del 2002, y firmada y acuñada por el funcionario del Consejo de Estado René Montes de Oca Ruiz, donde se me explica por qué el Comandante no podía estar ese día junto a mí. Esa deferencia me hizo muy feliz.
«En la misiva de respuesta se recogía: “Es muy loable tu petición, al igual que la de cientos de pioneros que escriben con igual propósito, y sabemos que el Comandante en Jefe se sentiría muy feliz en poder hacerlo, pero sus múltiples responsabilidades oficiales no se lo permiten”.
«Me sorprendió saber –aseguró- que yo no era la única niña que le escribía a Fidel para tener una foto junto a él, y eso también me puso muy contenta.
«Pero lo que más me impactó fue la delicadeza con que me trataron y la linda postal a color que me enviaron, la cual tiene la imagen del Cuartel Moncada, y como texto tiene el concepto de Revolución y la firma de Fidel», cuenta con una vivacidad especial.
«Ese fue un regalo especial. Ninguno ha sido como ese, pies es el que todo el mundo quería ver, leer y tocar», aseveró.
«Días después leía la carta en el aula, en la escuela y en mi CDR, y no hubo ninguno otro presente que lo superara. Mi hija Jelena Loraine, de siete añitos, ya habla a sus amiguitas de ese regalo que me hicieron, y todos lo cuidamos aquí como el tesoro familiar, al que hay que preservar para todo la vida».
«Gracias Fidel», dice muy emocionada Arelys, quien desea reciprocar el gesto con un mensaje en alta voz al líder mayor: «Comandante, esa pionera a la que usted hizo feliz en sus 15 primaveras lo felicita de todo corazón en su 90 cumpleaños».
En su casa, Arelys Sánchez Díaz, junto a su mamá María Elena, su hija Jelena Loraine y su abuelita Olga Rodríguez, muestran la carta y la postal. Foto: Yahily Hernández Porto
Arelys Sánchez Días, junto a su hija Jelena Loraine, exhiben el tesoro familiar. Foto: Yahily Hernández Porto
Arelys Sánchez Días, a sus 29 años edad, afirmó que lo que recibió habla mucho de la personalidad humilde de Fidel. Foto: Yahily Hernández Porto
La postal tiene la imagen del Cuartel Moncada, con el concepto de Revolución, enunciado por el propio líder, y la firma de Fidel. Foto: Yahily Hernández Porto